Comunicado de prensa - febrero 23, 2005
Tras el asesinato de la activista Dorothy Stang a manos de los madereros que operan ilegalmente en el Estado de Pará (Brasil), Greenpeace denuncia nuevamente las verdaderas implicaciones del mercado español de madera tropical amazónica: la invasión de tierras que llevan a cabo madereros y ganaderos en un clima de intimidación y violencia.
Asesinada a tiros la activista y religiosa Dorohty Stang ligada a la lucha por la tierra y defensora de los derechos humanos.
Según los datos oficiales, el 86,5% de la madera tropical
amazónica importada por nuestro país procede del estado brasileño
de Pará por lo que es fácil deducir que el mercado español importa
y consume madera procedente de las empresas implicadas en la
ilegalidad, la invasión de tierras y la violación de los derechos
humanos en el estado de Pará.
"Nuevamente, los datos señalan que el sector español de la
madera y el mueble juega un papel de cómplice con la destrucción
forestal y los conflictos sociales en los países productores de
madera" -ha declarado Miguel Ángel Soto, responsable de la Campaña
de Bosques de Greenpeace.
Como en muchas otras zonas de la Amazonía, los problemas
ambientales en Pará están frecuentemente asociados a situaciones de
injusticia social y falta de cobertura legal. Pará es el estado
brasileño con mayor índice de asesinatos relacionados con
conflictos por la propiedad de la tierra, los cuales rara vez son
investigados. Las comunidades locales, que dependen de la selva
para la caza, la pesca y la agricultura de subsistencia, son
obligadas a abandonar sus tierras, frecuentemente bajo la amenaza
de violencia. Según todos los datos, el asesinato reciente de la
religiosa ecologista Dorothy Stang se produjo tras constantes
amenazas para que abandonara su actividad de defensa de los
derechos humanos y la integridad del bosque tropical en la
región.
Pará es el mayor productor y exportador de productos forestales
en la Amazonia brasileña y también es el área donde se produce un
tercio de la deforestación total de la región. En el año 2002 un
área equivalente a la superficie de Bélgica fue deforestada en la
Amazonia. Casi toda la madera es de origen ilegal. Un análisis
inicial con datos del año 2001 procedentes del Gobierno brasileño
muestra que el 66% de toda la madera producida en Pará fue ilegal,
tanto la procedente de la deforestación ilegal como de áreas
protegidas. Según una primera evaluación que están llevando a cabo
las autoridades ambientales de Pará, cerca del 88% de todos los
Planes Forestales de Gestión han sido concedidos inapropiadamente
en tierras públicas de Pará donde la tala no está permitida.
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