Comunicado de prensa - septiembre 30, 2009
Dice la leyenda que cuando Dios terminó de crear el mundo, le sobraron algunas piedras. No sabiendo qué hacer con ellas las tiró cerca del Polo Norte. Esas piedras formaron lo que hoy se conoce como islas Svalbard, una auténtica joya de la Naturaleza salvaje. En ellas encuentran su hábitat especies tan emblemáticas del Ártico como el oso polar, la morsa, focas o la beluga.
El barco de Greenpeace Arctic Sunrise navega por las Islas Svalbard (Ártico) para identificar los efectos del cambio climático.
El barco de Greenpeace Arctic Sunrise navega por las Islas Svalbard (Ártico) para identificar los efectos del cambio climático.
El barco de Greenpeace Arctic Sunrise navega por las Islas Svalbard (Ártico) para identificar los efectos del cambio climático.
Esperaba una bofetada de frío al llegar a Svalbard, pero ha sido
más bien una caricia suave. El Arctic Sunrise de Greenpeace espera
en el muelle a la llegada del nuevo equipo. Después de un largo
verano de cuatro meses documentando e investigando los impactos del
cambio climático en el Ártico. La tripulación ya está cansada,
aunque con la sensación de haber hecho un buen trabajo.
El animal que está presente de manera constante en Svalbard es
el oso polar. Su presencia se deja sentir, ya que aquí hay una
población de entre 2.000 y 3.000 ejemplares. Estamos en unas islas
ubicadas en el medio de una línea imaginaria que uniría el
continente europeo y el Polo Norte. Un lugar único que, al estar
bañado en el sur y el oeste por las aguas más cálidas de la
corriente del golfo, alberga una Naturaleza espectacular. Por su
cercanía al Polo debiera tener unas condiciones climáticas mucho
más extremas, pero esas aguas más templadas hacen de ella un
refugio maravilloso de vida salvaje.
Se trata del Punto Cero de los estudios sobre el cambio
climático, ya que aquí se sienten sus efectos de manera única. Por
más que pueda parecer anecdótico, el mosquito - si ese insecto tan
picador - se hace cada vez más presente, al producirse cada verano
más días en que se alcanzan los siete grados- ¿Anécdota? No.
Síntoma.
Si el Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas advertía el
lunes de que las cosas están yendo peor de lo previsto en materia
de cambio climático, y que el clima se está deteriorando a pasos
agigantados, el martes se conocía el estremecedor informe del
Hadley Center en el que se advierte nuevamente de las consecuencias
de continuar como hasta ahora. Si los científicos nos han advertido
de que debemos evitar a toda costa un aumento de dos grados de las
temperaturas medias globales, el Hadley Center avisa de que al
ritmo actual vamos a un aumento de cuatro grados….
En concreto para el Ártico este aumento medio puede suponer que
las temperaturas podrían crecer 15,2 grados, podemos imaginar qué
supondría para la Península Ibérica. Además, ello podría darse en
el plazo de una generación. ¿Cómo podemos dejar que esto ocurra sin
hacer nada
Es urgente que se adopten medidas. Greenpeace está movilizando
todos sus recursos, por eso estamos aquí. Pero…qué hacen los
gobiernos. Faltan menos de 70 días para la Cumbre de Copenhague, y
todavía no hay compromisos. Mientras Obama corre a Copenhague para
llevarse los Juegos Olímpicos, parece huir del problema del cambio
climático. La Unión Europea ha perdido su liderazgo de antaño.
Esta campaña de Greenpeace es un nuevo grito al mundo para que
se movilice. Que no tengamos que lamentarnos y decir aquello
de….."por que no hicimos algo cuando podíamos haberlo hecho.
Desde las islas Svalbard, Juan López de Uralde, director de
Greenpeace España