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Greenpeace demanda políticas de residuos para luchar contra el cambio climático

Los nuevos proyectos de incineración en toda España, a diferencia de la reducción y reciclaje, favorecerán el incremento de emisiones de gases de efecto invernadero

Comunicado de prensa - septiembre 30, 2009
Greenpeace se suma al día de acción global contra la incineración, promovida por la Alianza Global por Alternativas a la Incineración (GAIA), integrada por 635 miembros de 88 países, entre ellos España. La inicies exigir a los gobiernos que apoyen, a través de los fondos destinados a mitigar el cambio climático, programas de prevención, reducción, reutilización, reciclaje y compostaje de residuos sólidos urbanos, que se conoce también como estrategias de Basura Cero.

Activistas de Greenpeace paralizan la construcción de la incineradora de Zabalgarbi en Bilbao.

El nuevo acuerdo sobre el clima que se discute estos días en Bangkok (Tailandia) y que debería finalizar en diciembre en Copenhague, tiene que respaldar estos apoyos financieros que los países desarrollados deberían comprometer para ayudar a los países en desarrollo a reducir sus emisiones.

Greenpeace trabaja en la adopción de planes de gestión de residuos más sostenible para el clima como alternativa a la quema de residuos en incineradoras, pues incluso aquellas que generan electricidad siguen dando un balance neto de emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero, por lo que no dejan de ser importantes fuentes de cambio climático. También se muestra contraria a las tecnologías de plasma, termólisis y pirólisis, más ineficientes aún que las incineradoras convencionales y la quema de residuos en hornos de cementeras.

"Las estrategias de Basura Cero tienen beneficios importantes para el clima, ya que conservan recursos, ahorran energía y reducen las emisiones de gases de efecto invernadero", ha declarado Julio Barea, responsable de la campaña de contaminación de Greenpeace. "Además de generar más puestos de trabajo que la quema de residuos y fortalecer de esta forma las economías locales."

Diversos estudios e informes, como el recientemente publicado por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) (1), ponen de manifiesto cómo vertederos e incineradoras -incluso aquellas con recuperación de energía que son presentadas como métodos de generación de energía verde o de recuperación de recursos- son autenticas fábricas de gases de efecto invernadero (CO2, metano o dióxido de nitrógeno). La incineración es incompatible con políticas de reducción, reutilización y reciclaje dado que necesita los residuos para funcionar. Además, frena durante décadas la adopción de prácticas sostenibles al tener concesiones de entre 25 y 30 años contratos para operar estas instalaciones.

Tanto Greenpeace como GAIA manifiestan su esperanza en que los gobiernos "dejen de tirar el clima a la basura", y apoyen la propuesta de "Basura Cero por Calentamiento Cero" y para que destinen los fondos de mitigación asociados al sector de residuos para proyectos de reducción, reciclaje y recuperación de recursos, excluyendo la incineración de basuras.

(1) "Opportunities to Reduce Greenhouse Gas Emissions through Materials and Land Management Practices".

Disponible en: http://www.epa.gov/oswer/docs/ghg_land_and_materials_management.pdf

Demandas específicas a las comunidades autónomas que quieren apostar por la incineración:

Comunicad Valenciana

La Comunidad Valenciana está obligada a abandonar el despropósito de basar su gestión de residuos en la incineración, ya que pretenden construir cuatro  plantas nuevas, y optar por alternativas que protejan la salud de las personas e impliquen una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Euskadi

Tal y como ha quedado patente tras los episodios de contaminación en la planta de Zabalgarbi, esta tecnología es además fuente de sustancias tóxicas que ponen en riesgo la salud de las personas. Con esta realidad por delante, Euskadi debería abandonar el despropósito de basar su gestión de residuos en la incineración y descartar de la incineradora de Donostia y optar por alternativas que protejan la salud de las personas e impliquen una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Galicia

Galicia debería abandonar el despropósito de basar su gestión de residuos en la incineración y abandonar el proyecto de ampliar la incineradora de SOGAMA y optar por alternativas que protejan la salud de las personas e impliquen una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Hasta el momento, Galicia, con una sola planta (la de SOGAMA), es la segunda comunidad autónoma que más incinera. Este año ha quedado patente que la gestión de las instalaciones de SOGAMA es muy deficiente y por lo tanto es más seguro que se opte por tratamientos menos contaminantes.

Catalunya

Catalunya debería abandonar el despropósito de basar su gestión de residuos en la incineración y abandonar el proyecto de construir una incineradora más en Barcelona, así como optar por alternativas que protejan la salud de las personas e impliquen una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Catalunya es con mucho la Comunidad Autónoma que más basura quema del Estado y por otro lado posee ejemplos de buena gestión de residuos que deberían servir de modelo para toda la comunidad autónoma.

Asturias

Asturias debería abandonar el despropósito de basar su gestión de residuos en la incineración y abandonar el proyecto de construir una incineradora en Serín y optar por alternativas que protejan la salud de las personas e impliquen una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Canarias

Canarias debería abandonar el despropósito de basar su gestión de residuos en la incineración, tal como contempla su plan y optar por alternativas que protejan la salud de las personas e impliquen una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.