Comunicado de prensa - octubre 23, 2006
Greenpeace condena la decisión de Islandia de reanudar la caza comercial de ballenas tras el anuncio la semana pasada de que el país otorgaría licencia a un armador para la captura de 39 ejemplares, de los que nueve sería rorcuales comunes, especie catalogada como “en peligro”. Ayer domingo se produjo la captura del primer ejemplar, precisamente un rorcual común, hecho calificado por Greenpeace como “acto sin sentido”.
Greenpeace condena la decisión de Islandia de reanudar la caza comercial de ballenas tras el anuncio la semana pasada de que el país otorgaría licencia a un armador para la captura de 39 ejemplares, de los que nueve sería rorcuales comunes, especie catalogada como “en peligro”. Ayer domingo se produjo la captura del primer ejemplar, precisamente un rorcual común, hecho calificado por Greenpeace como “acto sin sentido”.
Greenpeace condena la decisión de Islandia de reanudar la caza comercial de ballenas tras el anuncio la semana pasada de que el país otorgaría licencia a un armador para la captura de 39 ejemplares, de los que nueve sería rorcuales comunes, especie catalogada como “en peligro”. Ayer domingo se produjo la captura del primer ejemplar, precisamente un rorcual común, hecho calificado por Greenpeace como “acto sin sentido”.
Greenpeace condena la decisión de Islandia de reanudar la caza comercial de ballenas tras el anuncio la semana pasada de que el país otorgaría licencia a un armador para la captura de 39 ejemplares, de los que nueve sería rorcuales comunes, especie catalogada como “en peligro”. Ayer domingo se produjo la captura del primer ejemplar, precisamente un rorcual común, hecho calificado por Greenpeace como “acto sin sentido”.
Greenpeace condena la decisión de Islandia de reanudar la caza comercial de ballenas tras el anuncio la semana pasada de que el país otorgaría licencia a un armador para la captura de 39 ejemplares, de los que nueve sería rorcuales comunes, especie catalogada como “en peligro”. Ayer domingo se produjo la captura del primer ejemplar, precisamente un rorcual común, hecho calificado por Greenpeace como “acto sin sentido”.
Greenpeace condena la decisión de Islandia de reanudar la caza comercial de ballenas tras el anuncio la semana pasada de que el país otorgaría licencia a un armador para la captura de 39 ejemplares, de los que nueve sería rorcuales comunes, especie catalogada como “en peligro”. Ayer domingo se produjo la captura del primer ejemplar, precisamente un rorcual común, hecho calificado por Greenpeace como “acto sin sentido”.
"No hay justificación económica o científica para la caza
comercial de ballenas. El hecho de que la primera ballena que ha
sido cazada pertenezca a una especie amenazada habla por sí mismo
contra los que argumentan que se trata de una actividad
sostenible", declaró el responsable de la campaña de ballenas de
Greenpeace John Frizell. "Islandia no tiene un mercado para la
carne de ballena a nivel internacional, y prácticamente ninguno en
la propia Islandia.
Esta actividad sólo puede ayudar a dañar la imagen de este país
que debería centrarse en el creciente valor de su industria
turística y de observación de cetáceos, en lugar de en su
captura".
Además de esta campaña islandesa, el mes que viene la flota
ballenera japonesa zarpará hacia el Santuario Antártico, dónde
planea capturar casi mil ballenas, entre ellas rorcuales,
considerados amenazados.
Tanto el Gobierno japonés como el islandés siguen presionando
para tratar de poner fin a la moratoria sobre la caza de ballenas
en vigor desde 1986. Greenpeace sigue demandando a estos Gobiernos
que pongan fin a esta actividad insostenible y que comiencen a
trabajar activamente en la conservación de la biodiversidad en los
océanos del Planeta.