Activistas de Greenpeace entraron en la central nuclear de Zorita pidiendo su cierre inmediato
Además de la peligrosidad de su funcionamiento, debido a sus
defectos de diseño, sus numerosos problemas técnicos y la falta de
cultura de seguridad de la compañía propietaria, Unión Fenosa,
también quedó demostrada la vulnerabilidad de la central nuclear
Zorita en lo que se refiere a la pésima protección física del
emplazamiento, como se evidenció el 25 de abril de 2002 cuando un
grupo de activistas de Greenpeace ocupó con total facilidad la
cúpula del edificio del reactor de la central nuclear.
"El cierre ordenado de Zorita debe considerarse como el primer
paso hacia el necesario abandono de la energía nuclear en España
que han prometido el Gobierno socialista y el propio presidente
Zapatero", ha declarado Juan López de Uralde, director ejecutivo de
Greenpeace España.
"Por motivos de seguridad, el siguiente paso que debe darse es
el cierre urgente de la central nuclear de Garoña, en Burgos, que
es otra 'cafetera vieja' de la misma época que Zorita", añadió
López de Uralde.
Garoña pertenece (junto a Zorita y la siniestrada Vandellós-I,
ya en proceso de desmantelamiento) a las llamadas centrales de la
"primera generación": su vida útil está completamente agotada, como
reflejan sus graves problemas de seguridad, y además es una central
completamente amortizada.
La central nuclear de Garoña sufre un grave problema de
agrietamiento por corrosión, que afecta a componentes internos de
la vasija del reactor (la cual alberga el combustible de uranio, y
es, por así decirlo, el verdadero corazón de la central nuclear),
motivo por el cual la seguridad de esta instalación se encuentra
seriamente comprometida.
El compromiso de abandonar la energía nuclear en España y
sustituirlas "por energías más limpias, más seguras y menos
costosas" está recogido en el programa electoral del PSOE para las
Elecciones Generales 2004 y en el Acuerdo Programático PSOE-Los
Verdes. Este compromiso fue asumido de nuevo por José Luis
Rodríguez Zapatero en su Discurso de Investidura como presidente
del Gobierno ante el Congreso de los Diputados. Además fue
reiterado en el Debate del Estado de la Nación de 2005, cuando
Zapatero se comprometió a crear una mesa de diálogo para "fijar el
calendario de cierre de las centrales nucleares".
"Las energías renovables pueden darnos, de forma limpia, segura
y menos costosa, el 100% de la energía que necesitamos. La energía
nuclear, que en sus 50 años no ha podido resolver ni el problema de
la seguridad ni el de los residuos radiactivos, se ha demostrado
además la energía más cara. Lo único sensato es abandonar cuanto
antes la energía nuclear", ha declarado Carlos Bravo, responsable
de Greenpeace en temas de energía nuclear.
NOTA
El 13 de septiembre de 2002, el Pleno del Consejo de Seguridad
Nuclear (CSN) acordaba conceder una última prórroga de
funcionamiento a la central nuclear de José Cabrera (Zorita)
estableciendo su fecha de cierre definitivo para el 30 de abril de
2006 y la exigencia de que la compañía propietaria, Unión Fenosa,
presentase el plan de clausura y desmantelamiento de la instalación
antes del 30 de octubre de 2004.
La decisión del Consejo, basada en motivos técnicos y de
seguridad, se tomó por 4 votos a favor y una abstención (la de su
Presidenta, Mª Teresa Estevan Bolea, quien, fuertemente enfrentada
a los demás Consejeros, defendía a capa y espada la propuesta de
Unión Fenosa, que había solicitado que se le concediera un nuevo
permiso de explotación de 6 años, potencialmente prorrogable).
Semanas después, el 9 de octubre, la Comisión de Economía y
Hacienda del Congreso de los Diputados aprobaba por unanimidad una
resolución por la que dicha Comisión "asume el acuerdo que por
mayoría adoptó el Consejo de Seguridad Nuclear el día 13 de
septiembre de 2002, acerca de la prórroga del permiso de
explotación de la central nuclear de Zorita, estableciendo su
parada definitiva el 30 de abril de 2006".