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Los planes del Ministerio de Industria alejan aún más a España del cumplimiento de Kioto

Greenpeace denuncia que la avalancha de centrales térmicas que planea el Ministerio aumentará las emisiones de CO2 un 44%

Comunicado de prensa - diciembre 20, 2005
La Revisión de la “Planificación de los Sectores de Electricidad y Gas” para 2005-2011, que el Ministerio de Industria ha remitido a la Comisión Nacional de Energía, es un mero pretexto para dar vía libre a la construcción de infraestructuras destinadas a favorecer las grandes inversiones de las compañías eléctricas y de gas, según ha valorado Greenpeace.

Acción de Greenpeace a la Central Térmica del Forum

A pesar del compromiso del Gobierno español con la segunda fase del Protocolo de Kioto (a partir de 2012), tal como se acordó en la reciente cumbre de Montreal, esta nueva planificación plantea responder a un crecimiento exagerado de la demanda no con medidas de ahorro energético ni de gestión de la demanda, sino mediante la puesta en marcha masiva de centrales térmicas de gas, lo que hará imposible respetar los límites de Kioto.

Como ya ocurrió con la "Planificación de los Sectores de Electricidad y Gas" de 2002, la Revisión 2005-2011 presentada por el Gobierno es un sucedáneo de plan energético, que únicamente trata de dar justificación a la construcción masiva de centrales térmicas planeada por las compañías eléctricas. El único objetivo del Plan es atender las puntas de demanda de potencia, para lo cual opta por aumentar la potencia instalada para generación en base, en vez de llegar a la conclusión obvia de la necesidad urgente de medidas de gestión de la demanda.

"La solución que propone el plan, equivalente a 'matar moscas a cañonazos', es la más absurda e ineficiente económicamente"- ha declarado José Luis García Ortega, Responsable de proyectos de la Campaña de Energía de Greenpeace.-  "Sería mucho más lógico y económico tomar medidas de gestión de la demanda que reduzcan los picos de consumo energético, en vez de construir centrales que estarán paradas el resto del tiempo".

La nueva Revisión admite que no se incorporarán nuevas plantas de carbón de importación en el horizonte 2011, lo cual significa un cambio sustancial con respecto a la planificación original (supone, por ejemplo, descartar el proyecto de Endesa de un tercer grupo en Carboneras -Almería-, tal como reclamaban Greenpeace, la Junta de Andalucía y el mismo ayuntamiento). A pesar de ello, cabe denunciar en esta  Revisión del Plan la absoluta falta de transparencia en los datos de emisiones de CO2 y en las motivaciones que causan la decisión de aumentar la generación en lugar de proponer una gestión de la demanda para acabar con el mal uso de la energía.

De los datos escasos presentados se puede deducir que el parque de generación propuesto incrementaría las emisiones en más de 33 millones de toneladas de CO2  al año para 2011, con lo que el sector eléctrico habrá aumentado sus emisiones en un 44% respecto a 1990. Dado que este sector es el que más peso tiene en las emisiones y que es el que más alternativas tiene para reducirlas, esto haría imposible el cumplimiento del Protocolo de Kioto (el cual obliga a España a no superar el 15% de aumento medio en 2008-2012 con respecto a 1990).

Para Greenpeace, la solución al cambio climático no puede venir de las centrales térmicas de ciclo combinado, sino de una sustitución de las centrales convencionales por sistemas de generación de energías renovables y medidas de ahorro y eficiencia, ya que España tiene un altísimo potencial de renovables. "Como ocurría con el plan de 2002, éste  mantiene la amenaza nuclear, agrava nuestra contribución al cambio climático y sobre todo da por hecho que sigue creciendo el derroche energético", ha declarado Sara Pizzinato, responsable de cambio climático de la Campaña de Energía de Greenpeace.

Es muy llamativo el caso singular de España, en el que la demanda de energía, y muy especialmente la eléctrica aumenta por encima del PIB (la demanda eléctrica ha crecido más del doble que el PIB en el periodo 2000-2004). Esta prueba clara de ineficiencia energética creciente se debe a la absoluta pasividad que hemos padecido de políticas y medidas que incentivasen el ahorro y la eficiencia energética y, como reconoce la Revisión, la política de precios energéticos (artificialmente) bajos. Pues bien, si esto se reconoce, ¿no sería la conclusión lógica que ha de acabarse con esa política y basar la Revisión en la gestión de la demanda? Pues no, a pesar de ello la Revisión nos dice que lo que hay que hacer es aumentar la potencia instalada.

La conclusión a la que llega la Revisión es falsa, pues se busca mantener el índice de cobertura en el 110%, pero en referencia a una punta extrema no justificada, para proponer más potencia instalada en centrales térmicas, que necesariamente operarían pocas horas, en vez de optar por la solución mucho más lógica y económica de reducir esa punta mediante la gestión de la demanda. Además, se minusvaloran las posibilidades de las renovables: según el estudio de Greenpeace "Renovables 2050", la capacidad de generación con fuentes renovables es muy superior a la demanda, con techos de  generación unas 55 veces superior a la demanda prevista por el Gobierno, por lo que sería posible configurar un mix de generación completamente renovable.