Greenpeace denuncia que las tarifas eléctricas actuales esconden
escandalosas subvenciones que pagan los consumidores:
- - Hacia las grandes compañías eléctricas. Un informe de la
Comisión Nacional de Energía (CNE) (3) pone en evidencia, por
primera vez, que los precios del mercado eléctrico superan los
costes reales en 1.500 millones de euros, según estima la propia
CNE. Esta "brecha" beneficia de forma desproporcionada a las
centrales nucleares y a las grandes hidráulicas. Greenpeace propone
que la CNE elabore un análisis más detallado de los costes de todas
las tecnologías de generación eléctrica, incluidos los costes
ambientales, para proponer las reformas legales necesarias que
impidan la obtención de beneficios injustificados por parte de las
empresas eléctricas.
- - Hacia las energías sucias. Según la organización ecologista,
quienes generan los residuos radiactivos (las centrales nucleares)
deberían pagar lo que cueste gestionarlos, y no sólo durante el
tiempo en que se estén produciendo los residuos (el tiempo de
operación de las centrales), sino durante todo el tiempo en que los
residuos tengan un nivel de radiactividad peligroso para el
entorno. Greenpeace propone incrementar la asignación de eficiencia
energética en un 85% mediante la eliminación de las partidas
destinadas a las subvenciones de la energía sucia, tales como el
Plan de viabilidad de ELCOGAS, el Incentivo al consumo del carbón
autóctono, la Moratoria Nuclear y la 2a parte del ciclo de
combustible nuclear.
- - Hacia las empresas que más energía gastan (tarifa G4). Cinco
empresas, que consumen cerca del 4% de toda la energía demandada
por los 27.551.929 consumidores que hay en España, pagarán por cada
kWh consumido 1,5 céntimos, mientras que los consumidores acogidos
a la Tarifa Social (que podrían ser unos 4,5 millones de hogares)
pagarán cerca de 11 céntimos, es decir, más de siete veces más.
Greenpeace propone eliminar ya la tarifa G4.
"Es indignante que se mire con lupa a las energías renovables,
que tienen que justificar con detalle las primas que reciben,
mientras se pasa por alto a las nucleares, grandes hidráulicas y
térmicas que se llevan beneficios gigantescos a cambio de nada", ha
declarado José Luis García Ortega, responsable de la campaña de
Cambio Climático y Energía de Greenpeace España. "Y es inaceptable
que, mientras a la mayoría de los consumidores se les trata de
incentivar a un consumo responsable, se les obligue a seguir
subvencionando la electricidad a las cinco empresas que más energía
gastan".
Otro grave problema de las tarifas actuales es el insostenible
déficit tarifario, una bola de nieve que no para de crecer. Según
Greenpeace, para acabar con el déficit, hay que limpiar las tarifas
de todos los costes injustificados, en vez de, como hace el
Gobierno, fijar unas tarifas por debajo de lo que cuesta realmente
la energía, lo que es un grave perjuicio para los consumidores y
para el medio ambiente, y sólo beneficia a las eléctricas.
Con este sistema se engaña a los consumidores, haciéndoles creer
que la energía cuesta menos de su valor real de mercado, con lo que
el consumo se eleva, de manera que la cantidad total de energía
vendida es mayor de lo que sería con una tarifa que dijese la
verdad. En consecuencia, los consumidores acaban gastando (y
pagando) más, mientras que las empresas eléctricas ven aumentar sus
ventas, como reconoce en su informe la Comisión Nacional de
Energía. Lejos de resolverlo, la propuesta del Ministerio aumentará
el déficit en otros 2.500 millones de euros entre abril y octubre
de 2008, es decir, obliga a los consumidores futuros a subvencionar
el consumo que se haga hoy. Greenpeace propone una negociación
entre todos los agentes representados en el Consejo Consultivo de
Electricidad para acordar una solución al problema del déficit
acumulado.
Por otro lado, Greenpeace apoya los elementos de progresividad
que contiene la propuesta del Ministerio, que incluyen recargos en
la baja tensión a los que consuman más energía y exenciones para
los que menos, aunque para los ecologistas deberían establecerse
más tramos de consumo para ir aplicando los recargos
progresivamente, y aplicarse a todas las tarifas.
La organización también apoya la nueva Tarifa Social. El hecho
de que esta tarifa no pague término de potencia y sólo término de
energía es una excelente forma de incentivar el uso racional de la
energía, de manera que los consumidores que se acojan a ella vean
directamente relacionado su consumo de energía con el importe que
deben pagar.
Para Greenpeace, los costes de la energía los deben pagar
quienes la consumen, a través de las tarifas o de los precios del
mercado, mientras que los presupuestos generales deben emplearse
para compensar, a través del IRPF, a aquellos consumidores de
menores ingresos que se vean perjudicados por las subidas de la
electricidad.
NOTAS:
(1) El Consejo Consultivo de Electricidad se reúne a las 16:00
en la sede de la Comisión Nacional de Energía (C/ Alcalá, 47;
Madrid). La Comisión tiene que emitir un informe preceptivo antes
de que el Gobierno pueda aprobar las tarifas, y para ello es
también preceptivo que oiga la opinión del Consejo Consultivo, en
el que participa Greenpeace.
(2) Observaciones de Greenpeace a la propuesta de Orden por la
que se revisan las tarifas eléctricas a partir del 1 de julio de
2008. 23 de junio de 2008. Disponible en www.greenpeace.es.
(3) Comisión Nacional de Energía. "Informe complementario a la
propuesta de revisión de la tarifa eléctrica a partir del 1 de
julio de 2008: Precios y costes de la generación de electricidad".
20 de mayo de 2008. Disponible en "http://www.cne.es/cne/Publicaciones?accion=3&id=1321&id_nodo=32".