Comunicado de prensa - noviembre 21, 2008
Las organizaciones ecologistas Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/Birdlife y WWF/Adena exigen al Presidente del Gobierno el cierre inmediato del central nuclear de Santa María de Garoña en Burgos.
Greenpeace han logrado instalar un contenedor de resistencia en la entrada principal de la central nuclear de Garoña (Burgos)
La central que fue inaugurada por Franco en 1971, está
totalmente amortizada desde hace años, y es una central nuclear
obsoleta, aquejada de graves problemas de seguridad. Su permiso de
explotación termina en julio de 2009. Sin embargo, en su afán de
obtener más beneficios, la compañía propietaria Nuclenor (Endesa
50%-Iberdrola 50%), ha pedido una prórroga de otros 10 años para la
central.
Las organizaciones ecologistas denuncian que el Ministerio de
Industria y el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) pretenden alargar
la vida de la central durante 10 años más. Con ello alcanzaría una
vida útil de 50 años, pero se agravaría gravemente el riesgo de
accidente nuclear por los graves problemas de seguridad que aquejan
a esta vieja central nuclear.
Las organizaciones ecologistas recuerdan al Presidente Zapatero
su promesa electoral de cierre progresivo de las centrales
nucleares, y denuncian la actitud pronuclear del Ministro de
Industria, Miguel Sebastián, que es contraria al compromiso
electoral adquirido por el PSOE.
La aportación de la central nuclear de Garoña al sistema
eléctrico en el año 2007 fue tan solo de 3.478 Gigavatios-hora
(Gwh), lo que supone un 1,28% sobre el total de generación neta de
electricidad de ese año (que fue de 271.372 Gwh) en España.
La contribución de las energías renovables en 2007 fue de 62.081
Gwh, un 9,61% (5.969 GWh) superior a la del año anterior.
Simplemente ese incremento de la producción de electricidad
renovable en 2007 con respecto al 2006 suponen casi el doble de la
aportación anual de Garoña.
Garoña, conocida como la "central de las mil y una grietas" por
los graves problemas de seguridad que afectan a diversos
componentes de la vasija del reactor, en una demostración evidente
del agotamiento de su vida útil, es una central que, desde el punto
de vista de la seguridad, está "fuera de normativa".
Sufre un proceso de agrietamiento múltiple por corrosión que
afecta a diversos componentes internos de la vasija del reactor
(ésta es el verdadero corazón de la central nuclear, ya que alberga
el combustible de uranio: el núcleo), motivo por el cual la
seguridad de esta instalación se encuentra seriamente comprometida.
Este problema afecta ya al 70% de los tubos que atraviesan la
vasija del reactor y por los que pasan a su interior las barras de
control, que son el "sistema de frenado" de la reacción nuclear.
Este agrietamiento empeora irreversiblemente con el tiempo, según
ha reconocido el propio Consejo de Seguridad Nuclear ante el
Parlamento.