Imágenes de activistas de Greenpeace pidiendo el cierre de la Central Nuclear de Almaraz (Cáceres).
"Mientras la seguridad nuclear hace aguas por todos lados, la
ausencia pública del CSN es clamorosa y cada vez más preocupante",
-ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña Nuclear de
Greenpeace. "¿En que quedó esa nueva etapa de eficacia y
transparencia que prometió la nueva presidenta del CSN, Carmen
Martínez Ten, cuando accedió al cargo?", añadió Bravo.
Según los datos disponibles, aproximadamente a las 5 de la
madrugada del viernes 2 de mayo, se produjo una fuga de agua del
circuito primario, altamente radiactiva, de la vasija del reactor
nuclear de la unidad 1 de Almaraz, en estado de recarga. A falta de
datos concretos, se sabe que una gran cantidad de agua radiactiva
inundó el suelo del edificio, y desde ayer, una empresa
subcontratada, LAINSA, se encargaba de recoger el agua
contaminada.
Greenpeace exige al CSN que dé a conocer los motivos del fallo,
el destino de esta agua radioactiva, una vez recogida, aclarar si
se han producido vertidos líquidos o emisiones gaseosas de
radioactividad por este incidente al medio ambiente.
Este suceso de Almaraz, es el último caso dentro de una larga y
creciente lista de sucesos que afectan seriamente a la seguridad de
las centrales nucleares, junto con el escape radiactivo de la
central de Ascó, la rotura de barras de control de la central
nuclear de Trillo y la pérdida de piezas metálicas dentro de la
vasija de este reactor, la prealerta de emergencia de la central
nuclear de Cofrentes, a principios de abril por la rotura de una
válvula….
La confluencia de factores como el acusado envejecimiento de los
reactores, los fallos propios de una tecnología intrínsecamente
peligrosa y la cada vez menor Cultura de Seguridad de los
operadores de centrales como consecuencia de la falta de
competitividad de la energía nuclear en un mercado eléctrico
liberalizado, están creando una situación de alto riesgo de que se
produzca un
accidente grave en una central nuclear.
La media de edad de todas las centrales españolas es de casi 25
años (su vida útil técnica) y todas presentan, en mayor o menor
medida, problemas de envejecimiento. En especial, la central de
Santa Mº de Garoña, la más antigua en funcionamiento (inaugurada en
1971), sufre graves problemas de agrietamiento por corrosión en
diversos componentes de la vasija del reactor, fundamentales para
la seguridad.
El Gobierno socialista de Zapatero, que dice apostar por un
modelo energético sostenible, debe cumplir su compromiso de cerrar
las centrales nucleares de forma progresiva y sustituir su
aportación energética por "energías limpias, seguras y menos
costosas", como reza su programa electoral a las Elecciones
Generales 2008.
"El Gobierno socialista tiene fácil cerrar las nucleares pues la
viabilidad técnica y económica de un sistema de generación
eléctrica basada al 100% en energías renovables es un hecho ya
comprobado científicamente", -ha declarado Juan López de Uralde,
Director Ejecutivo de Greenpeace. "Sólo hace falta tener la
voluntad política para hacerlo. Zapatero tiene que decidirse ya
entre respetar la palabra dada a los ciudadanos o sucumbir a las
presiones del looby nuclear", añadió López de Uralde.