La demanda sigue creciendo en España de forma irracional ante la práctica inexistencia de medidas de ahorro y eficiencia energética
El Ministerio de Industria pretendía saltarse este debate y
llevó directamente el anteproyecto al Consejo de Ministros, pero
el Consejo de Estado advirtió que carecía del preceptivo informe de
la Comisión Nacional de Energía y de su Consejo Consultivo de
Electricidad, por lo que ahora el Ministerio la ha presentado ante
estos organismos por trámite de urgencia.
Greenpeace considera que la nueva ley, que viene forzada por la
necesidad de adaptarse a la directiva europea de liberalización del
mercado eléctrico, es clave para que los consumidores puedan
ejercer su derecho a elegir suministrador, y con ello seleccionar
de dónde viene la electricidad que compran, que es lo que determina
el impacto ambiental. Sin embargo, con el anteproyecto presentado
por Industria los consumidores no tendrían posibilidades de elegir
hasta 2011, y las grandes eléctricas podrían seguir dominando todas
las actividades (generación, transporte, distribución,
comercialización).
"La nueva ley debe obligar a las eléctricas a atender los
derechos de los consumidores y de los ciudadanos. No puede ser una
ley para las eléctricas", ha declarado José Luis García Ortega,
representante de Greenpeace en el Consejo Consultivo de
Electricidad.
La primera condición para que los consumidores puedan elegir
suministrador es que la propia actividad de comercialización sea
viable. Para ello, las tarifas que ve el consumidor deben reflejar
los costes reales de la actividad. Puesto que la nueva ley
introduce un nuevo concepto, denominado "tarifa de último recurso",
Greenpeace propone que se defina las condiciones para su
aplicación, que al fijar la cuantía de esta tarifa se permita un
margen suficiente para que las comercializadoras puedan ofrecer su
actividad a todas las categorías de consumidores, y que su entrada
en vigor se adelante a 2007. De lo contrario, el mensaje global
sigue siendo muy negativo, pues se disfraza el precio de la
electricidad para que parezca más barata de lo que realmente
cuesta, con lo que se sigue incentivando el derroche
energético.
Además de permitir que sea viable la comercialización, para que
los consumidores puedan elegir, es necesario que esta actividad sea
realizada por empresas no vinculadas a los grandes grupos
eléctricos, es decir, una separación de actividades completa, pues
la propuesta del Gobierno se queda a medio camino y no evitaría
situaciones de privilegio y abuso de posición dominante por parte
de aquellas empresas pertenecientes a grupos integrados
verticalmente respecto a aquellas independientes. Para ello,
Greenpeace propone que un grupo de sociedades no pueda desarrollar
actividades incompatibles de acuerdo con la Ley, de forma que las
actividades liberalizadas (generación, comercialización) sean
ejercidas por empresas completamente independientes de las que
realicen actividades reguladas (distribución, transporte).
Greenpeace reclama también que esta ley incorpore el etiquetado
eléctrico, incluyendo entre las obligaciones de las
comercializadoras y distribuidoras la de informar en las facturas,
con un formato uniforme, sobre las fuentes de energía empleadas y
su impacto ambiental, información que también debería desglosarse
en la facturación de las tarifas de último recurso. Un etiquetado
eléctrico uniforme y fiable es necesario para que los consumidores
puedan saber de dónde viene la electricidad para poder elegir
electricidad limpia, y es imprescindible para acabar con el "engaño
verde".
Greenpeace apoya y considera muy necesaria la creación de la
Oficina Gestora de Cambios de Suministrador, prevista en el
Anteproyecto de ley, como instrumento neutral para evitar abusos y
dar igualdad de oportunidades a todos los consumidores.
NOTA:
Greenpeace presentará el viernes día 19 de mayo el informe
"Elegir electricidad limpia", que detalla qué fuentes de energía se
pueden considerar aceptables para producir electricidad limpia, qué
criterios deberían exigir los consumidores a las comercializadoras
para materializar su elección, las barreras que impiden elegir
electricidad limpia aquí y ahora, y las propuestas de Greenpeace
para hacerlo posible. La rueda de prensa tendrá lugar en la oficina
de Madrid de Greenpeace, calle San Bernardo, 107 a las 11,00
horas.