Replantación de manglares destruidos por las camaroneras en Ecuador.
Los delegados de los países productores de langostinos de
cultivo expusieron la situación de sus países, constatando como
esta industria sigue incumpliendo sus legislaciones nacionales,
destruyendo comunidades y medios de vida y amenazando la
biodiversidad.
Uno de los puntos que los asistentes a la reunión destacaron es
que las legislaciones de los países productores están siendo
revisadas para permitir la expansión de actividades destructivas
sobre los ecosistemas costeros (cultivo de langostinos,
megaproyectos turísticos,...). La Asamblea rechazó cualquier
modificación de los sistemas legales con el objetivo de disminuir
su protección al medio ambiente y de permitir la apropiación de los
espacios marinos costeros y sus áreas de influencia.
También fue analizado el impacto de los Tratados Internacionales
de Libre Comercio (ALCA, NAFTA,...) y sus planes y megaproyectos
asociados (como el Plan Puebla Panamá, el Plan Colombia o Polo
Siderúrgico de Maranhao) que amenazan con someter la legislación
ambiental de estos países a los intereses privados de los
inversionistas internacionales y nacionales.
Tras décadas de orientación de las economías de los países
latinoamericanos a la producción de bienes para la exportación
(como en el caso del apoyo otorgado al cultivo de langostinos) las
poblaciones costeras de estos países no se han beneficiado en
absoluto de esta industria y son cada vez más pobres.
Otro punto de especial atención fue el ecoturismo. Si bien el
ecoturismo comunitario tiene el potencial, si es gestionado
directamente por la comunidad y responde a sus propios intereses,
de constituir una alternativa económica válida integrada en otras
actividades tradicionales, lo cierto es que en nombre
del "ecoturismo" se están desarrollando actividades de gran
impacto que no guardan relación alguna con las necesidades de
nuestras poblaciones, su calidad de vida y la salud de los
ecosistemas.
Finalmente, la Asambleaexpresó su preocupación por el aumento
del consumo de langostinos en los países del Norte, que sigue
impulsando la expansión de la industria, así como la falta de
información de los consumidores sobre los impactos criminales de
esta actividad.
En sus conclusiones, los delegados:
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