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Las malas prácticas agrícolas y la demanda provocan que la calidad del agua sea muy deficiente

Greenpeace exige al Govern balear que luche contra la contaminación y la sobreexplotación que afecta a sus acuíferos

Comunicado de prensa - octubre 25, 2005
Greenpeace califica de muy deficiente el estado del agua en las Islas Baleares en su informe “Agua” presentado hoy en rueda de prensa. De hecho, el propio Govern balear reconoce que sólo el 14% de sus masas de agua podría cumplir los objetivos ambientales de la Directiva Marco del Agua, DMA. Al carecer prácticamente de aguas superficiales, esto significa que sólo el 14% de sus acuíferos podrían tener para el 2015 un estado de calidad suficiente para mantener su composición química en condiciones naturales y para que sus aguas puedan utilizarse para los usos a los que se destinan actualmente.

La DMA es la ley europea que rige la política desde el 2004 y tendrá que cumplirse en su totalidad antes del 2015. Esta Directiva trata de recuperar la calidad de las aguas continentales abandonando la política de infraestructuras hidráulicas que se ha demostrado ineficaz y obsoleta y adoptando una visión ambientalista del medio hídrico que permita su adecuada protección.

Los principales problemas de la cuenca son:

  • La contaminación de los acuíferos. Las malas prácticas agrarias han provocado que los acuíferos más importantes del archipiélago estén afectados por contaminación por nitratos, con niveles superiores a los 100mg/l (el límite legal es de 50 mg/l). Es el caso de los acuíferos de Llano de Inca, sa Pobla y Migjorn.

  • La excesiva demanda de agua. Los responsables son la agricultura y el sector turístico (21 campos de golf, complejos hoteleros y urbanizaciones). El resultado es la sobreexplotación(1) y la salinización(2) de sus acuíferos (el 43% de las masas de agua subterránea sufren estos problemas).

  • Los vertidos a cauces. Los vertidos sólidos y líquidos (principalmente aguas residuales sin depurar) están teniendo una incidencia directa en el correcto desarrollo de los ecosistemas asociados al medio fluvial e incluso están poniendo diversas especies acuáticas en serio peligro de extinción, como el sapillo balear o ferreret.

Si el Govern balear no pone los medios necesarios para paliar esta grave situación y conservar su medio hídrico, en las Islas Baleares se agravarán los problemas de disponibilidad de agua por los elevados índices de contaminación y la creciente demanda que se hace de la misma.

"La lucha contra la contaminación no sólo permitiría aumentar más la disponibilidad de recursos hídricos que las desaladoras, sino que es la única forma de asegurar que habrá agua para las futuras generaciones.Es urgente que el Govern balear ponga fin a los vertidos agrícolas y a la sobreexplotación de sus recursos hídricos", ha declarado Juan López de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace.

"Es necesario también que el Govern deje de incumplir la ley y lleve a cabo un plan general de saneamiento integral de las aguas residuales. Si se siguen postergando estas medidas las Islas Baleares no cumplirán los objetivos de la DMA", añadió Julio Barea, responsable de la campaña de aguas de Greenpeace.

Éstas son algunas de las conclusiones que Greenpeace ha extraído sobre las Islas Baleares en su informe "Agua: la calidad de las aguas en España. Un estudio por cuencas", el primero que analiza la totalidad de las aguas continentales españolas (ríos, acuíferos, lagos, humedales, estuarios, rías...).

Greenpeace ha realizado esta investigación para conocer el estado de las aguas continentales en un momento crucial: la entrada en vigor de la DMA. El estudio se centra en la calidad de los recursos hídricos, que será en el futuro la que marcará la disponibilidad del agua en todo el Estado. El término calidad incluye la contaminación (grado de toxicidad de los diferentes vertidos), el estado ecológico de las aguas superficiales (la buena salud del ecosistema y su capacidad de regeneración) y el estado químico de las subterráneas.

La principal conclusión del informe afirma que en el Estado español sólo el 11% de las aguas superficiales y el 16% de las subterráneas están en este momento en condiciones de cumplir en 2015 los objetivos que marca la DMA. Es decir, sólo el 11% de las aguas superficiales tiene calidad suficiente para mantener su poder de autodepuración y los ecosistemas que dependen de ella. Y en el caso de las subterráneas, sólo el 16% mantiene las cualidades químicas suficientes para que se puedan utilizar en abastecimiento y riego.


(1) La sobreexplotación consiste en extraer más agua de la que entra en el acuífero. Esto provoca que se sequen ríos, manantiales y pozos que se alimentan de ellos.

(2) Cuando se saliniza un acuífero deja de ser útil para cualquier uso (consumo, riego o industrial). Su recuperación a corto plazo es imposible, y sólo se consigue dejando de extraer agua del acuífero durante largos periodos de tiempo.