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Los vertidos urbanos e industriales hacen que la calidad del agua sea deficiente

Greenpeace exige al Gobierno vasco un plan para erradicar los vertidos tóxicos que oblige a las empresas a pasarse a la producción limpia

Comunicado de prensa - octubre 25, 2005
Greenpeace califica de deficiente el estado del agua en la Cuencas Internas del País Vasco en su informe “Agua” presentado hoy en rueda de prensa. De hecho, el propio Gobierno vasco reconoce que el 45% de sus masas de agua superficiales podrían cumplir los objetivos ambientales de la Directiva Marco del Agua, DMA. Es decir, que sólo el 45% podría tener en 2015 un estado de calidad suficiente para mantener su poder de autodepuración y los ecosistemas que dependen de ella.

La DMA es la ley europea que rige la política desde el 2004 y tendrá que cumplirse en su totalidad antes del 2015. Esta Directiva trata de recuperar la calidad de las aguas continentales abandonando la política de infraestructuras hidráulicas, que se ha demostrado ineficaz y obsoleta, y adoptando una visión ambientalista del medio hídrico que permita su adecuada protección.

Los principales problemas de la cuenca son:

  • Los vertidos de origen industrial. Por su peligrosidad y toxicidad causan graves efectos sobre el medio ambiente y la salud de las personas. Los ríos que presentan el peor estado ecológico son el Ibaizábal y el Oka a partir de Guernika.

  • Los vertidos de aguas residuales urbanas. Suponen un importante problema, pues alrededor de 284 municipios no dan tratamiento alguno a sus aguas fecales.

  • La ocupación de los cauces. El 85% de la red fluvial vasca está afectada por presiones morfológicas significativas (ocupación de valles, actuaciones ilegales junto a los ríos, embalses y diques)(1). Esto tiene una incidencia directa en el correcto desarrollo de los ecosistemas asociados al medio fluvial y marino, pone en serio peligro de desaparición diversas especies acuáticas y resta capacidad de autodepuración y regeneración.

Si el Gobierno vasco no pone los medios necesarios para paliar esta grave situación y conservar su medio hídrico, una cuenca con una pluviometría tan elevada como la vasca podría incluso tener problemas de disponibilidad de agua por los elevados índices de contaminación.

"Es urgente que el Gobierno vasco controle y elimine los vertidos industriales que se producen en sus ríos y estuarios y ponen en peligro la salud pública y el medio ambiente. Para ello tienen que obligar a las empresas más contaminantes y con historial de vertidos a pasarse a la producción limpia", ha asegurado Juan López de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace.

"También deben dejar de incumplir la ley y poner en marcha un plan de depuración integral de sus aguas residuales. Si sigue postergando estas medidas no cumplirá los objetivos de la DMA", ha declarado Julio Barea, responsable de la campaña de aguas de Greenpeace.

Éstas son algunas de las conclusiones que Greenpeace ha extraído sobre las Cuencas Internas del País Vasco en su informe "Agua: la calidad de las aguas en España. Un estudio por cuencas", el primero que analiza la totalidad de las aguas continentales españolas (ríos, acuíferos, lagos, humedales, estuarios, rías...).

Greenpeace ha realizado esta investigación para conocer el estado de las aguas continentales en un momento crucial: la entrada en vigor de la DMA. El estudio se centra en la calidad de los recursos hídricos, que será en el futuro la que marcará la disponibilidad del agua en todo el Estado. El término calidad incluye la contaminación (grado de toxicidad de los diferentes vertidos), el estado ecológico de las aguas superficiales (la buena salud del ecosistema y su capacidad de regeneración) y el estado químico de las subterráneas.

La principal conclusión del informe afirma que en el Estado español sólo el 11% de las aguas superficiales y el 16% de las subterráneas están en este momento en condiciones de cumplir en 2015 los objetivos que marca la DMA. Es decir, sólo el 11% de las aguas superficiales tiene calidad suficiente para mantener su poder de autodepuración y los ecosistemas que dependen de ella. Y en el caso de las subterráneas, sólo el 16% mantiene las cualidades químicas suficientes para que se puedan utilizar en abastecimiento y riego.


(1) La ocupación de los cauces incide negativamente en las riberas y los cauces pues altera el estado biótico y el régimen de sedimentación de los ríos.