La DMA es la ley europea que rige la política desde el 2004 y
tendrá que cumplirse en su totalidad antes del 2015. Esta Directiva
trata de recuperar la calidad de las aguas continentales
abandonando la política de infraestructuras hidráulicas, que se ha
demostrado ineficaz y obsoleta, y adoptando una visión
ambientalista del medio hídrico que permita su adecuada
protección.
Los principales problemas de la cuenca son:
-
Las infraestructuras. Los embalses y azudes existentes en la
cuenca producen una modificación en el régimen de sedimentación de
los cauces, provocan una disminución en el aporte de nutrientes
necesarios para el correcto desarrollo de los ecosistemas asociados
al medio fluvial y reducen la capacidad de autodepuración y
regeneración de los ríos.
-
La sobreexplotación de agua. La agricultura ha propiciado el
aumento de las extracciones de agua de los acuíferos lo que ha
tenido una incidencia directa en la desaparición de humedales(2).
El acuífero de Los Arenales, el más grande y extenso del Estado, se
encuentra sobreexplotado(3).
Si la Condeferación y el Gobierno castellanoleonés no ponen los
medios necesarios para paliar esta grave situación y conservar su
medio hídrico, la Cuenca del Duero podría incluso tener problemas
de disponibilidad de agua por los elevados índices de contaminación
y la creciente demanda que se hace de la misma.
"La lucha contra la contaminación no sólo aumenta la
disponibilidad de recursos hídricos más que cualquier embalse, sino
que es la única forma de asegurar agua para las futuras
generaciones. La Confederación tiene que abandonar la construcción
del embalse de Castrovido y centrarse en la lucha contra la
contaminación. Es muy urgente eliminar los vertidos industriales
que ponen en peligro la salud pública y controlar las extracciones
de aguas subterráneas", ha asegurado Juan López de Uralde, director
ejecutivo de Greenpeace.
"Por su parte, el Gobierno castellanoleonés debe llevar a cabo
un plan general de saneamiento integral de las aguas residuales. Si
se siguen postergando estas medidas la Cuenca del Duero no cumplirá
los objetivos de la DMA", ha declarado Julio Barea, responsable de
la campaña de aguas de Greenpeace.
Éstas son algunas de las conclusiones que Greenpeace ha extraído
sobre la Cuenca del Duero en su informe "Agua: la calidad de las
aguas en España. Un estudio por cuencas", el primero que analiza la
totalidad de las aguas continentales españolas (ríos, acuíferos,
lagos, humedales, estuarios, rías...).
Greenpeace ha realizado esta investigación para conocer el
estado de las aguas continentales en un momento crucial: la entrada
en vigor de la DMA. El estudio se centra en la calidad de los
recursos hídricos, que será en el futuro la que marcará la
disponibilidad del agua en todo el Estado. El término calidad
incluye la contaminación (grado de toxicidad de los diferentes
vertidos), el estado ecológico de las aguas superficiales (la buena
salud del ecosistema y su capacidad de regeneración) y el estado
químico de las subterráneas.
La principal conclusión del informe afirma que en el Estado
español sólo el 11% de las aguas superficiales y el 16% de las
subterráneas están en este momento en condiciones de cumplir en
2015 los objetivos que marca la DMA. Es decir, sólo el 11% de las
aguas superficiales tiene calidad suficiente para mantener su poder
de autodepuración y los ecosistemas que dependen de ella. Y en el
caso de las subterráneas, sólo el 16% mantiene las cualidades
químicas suficientes para que se puedan utilizar en abastecimiento
y riego.
(1) Las especies introducidas compiten por el espacio y el
alimento, depredan o se hibridan con la fauna autóctona, introducen
parásitos y enfermedades, alteran los procesos ecológicos y reducen
la calidad ambiental.
(2) Los humedales juegan un papel esencial en el ciclo
hidrológico, por ejemplo, en el almacenamiento de recursos hídricos
o en la recarga de acuíferos.
(3) La sobreexplotación consiste en extraer más agua de la que
entra en el acuífero. Esto provoca que se sequen ríos, manantiales
y pozos que se alimentan de ellos.