La propuesta de Industria establecería una primas para la eólica
marina inferiores a las aplicables a la eólica terrestre y además
los promotores tendrían que ofertar descuentos en la retribución
prevista, lo cual añade dificultad económica.
Greenpeace recalca que el establecimiento de un proceso
administrativo único para la autorización de instalaciones de
generación eólicas marinas resulta de fundamental importancia para
impulsar y acelerar la contribución de la eólica en el mar al mix
energético español, de forma que ayude al cumplimiento de los
objetivos del Plan de Energías Renovables y del Protocolo de Kioto,
en el corto y largo plazo. El procedimiento administrativo debe
tener entre sus objetivos simplificar y clarificar el camino que
deben seguir los proyectos de instalaciones eólicas marinas para
hacerse realidad. La organización ecologista ha hecho llegar a la
Comisión Nacional de Energía sus alegaciones al "borrador de Real
Decreto por el que se regula el procedimiento administrativo para
la tramitación de las solicitudes de autorización de instalaciones
de generación eólicas marinas", que ha sido remitido por el
Secretario General de la Energía al Consejo Consultivo de
Electricidad.
Dado el elevado potencial de la eólica marina en España, que
asciende a 165.000 MW, según el informe 'Renovables 2050' de
Greenpeace, es prioritario poner los medios para que este potencial
se pueda aprovechar en la medida de lo necesario.
"La falta de un objetivo político claro, la poca transparencia
hasta ahora en los procedimientos administrativos, órganos
responsables y metodología en la evaluación de impacto ambiental,
ha dificultado la inversión de los promotores en proyectos de
eólica marina y la aceptación por parte de la opinión pública de
los parques marinos", ha declarado Sara Pizzinato, responsable de
la campaña de Energía de Greenpeace, "todo ello ha llevado a que
aún no se haya instalado ni un solo megavatio de eólica marina en
nuestro país, a pesar de haberse presentado proyectos que suman
varios miles de megavatios."
Greenpeace propone para una aplicación de la eólica marina
respetuosa con la biodiversidad que se constituya un Plan de
Vigilancia Ambiental para suplir inexperiencias y un seguimiento de
los efectos a largo plazo de los parques eólicos marinos, además
del Estudio de Impacto Ambiental para todas las etapas de estudio
y construcción de los parques. Esta cuestión se sugería en una
posible guía metodológica prometida por el Ministerio de Medio
Ambiente que ponía en claro los criterios medioambientales para
elegir o descartar un emplazamiento a priori. La definición
independiente de las zonas de mayor sensibilidad a la instalación
de parques eólicos marinos en España por valor ambiental, rutas de
navegación, pesca, telecomunicaciones es determinante para el éxito
de la eólica marina.
Es difícil de justificar que la responsabilidad de la
información sobre mapas de vientos y de los emplazamientos
disponibles para la implantación de parques eólicos marinos recaiga
sobre las empresas privadas, cuando lo más transparente y fiable
sería que el órgano responsable facilitara de forma pública e
incontestable esta información evitando así posibles
conflictos.
Por otro lado Greenpeace sugiere una densidad mínima de potencia
instalada de 3 MW/Km2 frente a la propuesta del gobierno de ponerla
en 10 MW/Km2.
Greenpeace exige asimismo que la limitación de la potencia
máxima a instalar y, por lo tanto, la contribución de la energía
renovable al mix energético no venga de la red de transporte sino,
si procede, de otros factores como el medioambiental. En
definitiva, es la red de transporte la que debe adaptarse a las
necesidades de la generación con eólica marina, no al revés.
Greenpeace continua alertando que si no se tienen en cuenta
tales problemas, nos alejamos del objetivo principal: la
proliferación de las renovables a través de la garantía de
viabilidad económica. "Este procedimiento no apunta suficientemente
a garantizar la máxima viabilidad económica de la eólica marina
frente a las fuentes de energía derivadas de los combustibles
fósiles, sino que puede aumentar las dificultades que ya tiene" ha
concluido Sara Pizzinato.