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Greenpeace propone reforzar el apoyo a la energía solar fotovoltaica para que continúe su rápido crecimiento

El Gobierno pretende limitar la potencia total que se pueda instalar en España a 1200 MW en 2010, cuando Alemania ya tenía más de 2500 MW en 2006

Comunicado de prensa - octubre 11, 2007
Greenpeace ha propuesto reforzar el actual sistema de apoyo a la energía solar fotovoltaica, para que ésta continúe con el rápido crecimiento que está experimentando en nuestro país. La propuesta de Greenpeace se centra en dos ejes: eliminar límites que supongan un freno a la contribución que esta tecnología pueda aportar para que el 50% de la electricidad que se consuma en España en 2020 sea renovable, y establecer unas tarifas predecibles en el tiempo que aseguren la rentabilidad de las inversiones.

Paneles solares fotovoltaicos en la fachada de un edificio de Berlín.

Instalación de paneles solares fotovoltaicos.

La organización ecologista valora como un éxito el hecho de que la potencia solar fotovoltaica instalada en España ya haya superado los objetivos que el Gobierno marcó para 2010, lo cual demuestra la madurez y eficacia de este sector y lo acertado del marco de apoyo vigente, aunque también es una prueba de lo tímidos que eran los objetivos oficiales, como ya denunció Greenpeace. De todas formas, España aún está lejos de alcanzar a Alemania, cuya potencia solar instalada era ya de 2.530 MW en 2006, es decir, más del doble de los 1.200 MW que ahora propone el Gobierno español para 2010.

"¿Hasta cuándo tendrá que ir España por detrás de Alemania en energía solar, cuando el sol abundante está aquí y no allí?", ha declarado José Luis García Ortega, responsable de la campaña de Energía de Greenpeace. "Lo que hay que hacer es seguir impulsando esta energía limpia, y poner objetivos mucho más ambiciosos para 2020".

Greenpeace ha presentado ante la Comisión Nacional de Energía sus alegaciones al Decreto propuesto por el Ministerio de Industria, que limitaría la potencia total instalada de fotovoltaica a 1.200 MW para 2010. El decreto de Industria obligaría a las plantas solares, además, a cerrar a los 25 años de funcionamiento, al bajarles la tarifa a cero a partir de entonces.

Greenpeace pide que se eliminen los objetivos propuestos, no sólo por resultar insuficientes para la capacidad previsible del sector fotovoltaico, sino por las incertidumbres que pueden inducir. La fijación de objetivos debería realizarse en el contexto del Plan de Energías Renovables 2011-2020, que debe elaborarse el año que viene, y ante el cual Greenpeace propone un objetivo del 50% de energías renovables para la producción de electricidad.

Otro elemento clave de la propuesta de Greenpeace consiste en establecer unas tarifas predecibles, con un sistema que pueda permanecer en el tiempo independientemente de los objetivos que se establezcan en cada momento. La propuesta consiste en establecer una tarifa única para toda la fotovoltaica, que dependa de manera continua de la potencia instalada, disminuyendo lineal y suavemente según aumente la potencia, con un diferencial favorable para las instalaciones en edificios.

Según los informes de Greenpeace "Renovables 2050" y "Renovables 100%", la energía solar fotovoltaica en edificios podría producir en la España peninsular el doble de la electricidad demandada en 2050 y los parques solares en suelo hasta cinco veces. El coste de la electricidad solar se habría reducido para entonces en un 80%. El papel de la fotovoltaica ha de ser fundamentalmente el de aportar una generación distribuida cercana a los puntos de consumo, por lo que estos informes recomiendan aprovecharla como parte de un sistema de generación eléctrica 100% renovable.