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Greenpeace pide al Organismo Internacional para la Energía Atómica y a Euratom una valoración del robo de combustible nuclear en Juzbado

El CSN y el Ministerio de Industria mantuvieron en secreto un suceso que demuestra la falta de seguridad en las instalaciones de ENUSA

Comunicado de prensa - octubre 1, 2007
Greenpeace se ha dirigido al Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) y al Comisario de Energía de la Unión Europea, a cargo de Euratom, para pedirles una valoración sobre el robo de combustible nuclear en la fábrica de elementos combustibles de ENUSA en Juzbado (Salamanca), suceso que ha demostrado un incumplimiento flagrante de los requisitos internacionales de seguridad a los que está sometido este tipo de material.

Imágenes de activistas de Greenpeace pidiendo el cierre de la Central Nuclear de Almaraz (Cáceres).

Greenpeace ha enviado también al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio (MITyC) sendos escritos solicitando respuesta detallada a una serie de preguntas sobre este grave suceso, en el que ambos tienen responsabilidades.

"Esta situación demuestra la inseguridad de la industria nuclear y el riesgo para la salud pública y el medio ambiente al que nos somete cualquier parte del ciclo nuclear", ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña de energía nuclear de Greenpeace.

El CSN conoció el robo de un número indeterminado de pastillas de combustible nuclear fresco, enriquecido con U-235 de grado de reactor, aparentemente el pasado miércoles 26 de septiembre. Sin embargo, el CSN no informó sobre ello hasta el sábado por la tarde, y lo hizo sólo tras saber que los medios de comunicación ya estaban interesados en saber lo que estaba pasando en Juzbado, donde al parecer había llamado la atención la presencia policial. Greenpeace denuncia la falta de

transparencia del CSN y del Ministerio de Industria por no informar de /motu proprio/ a la opinión pública de un hecho tan grave como el del robo (y posterior hallazgo) de pastillas de combustible nuclear.

El CSN, en su afán de minimizar la gravedad del asunto, trata de evitar calificar el suceso como de un robo. Sin embargo, el hecho es que quien o quienes lo hayan hecho han sacado ese material nuclear intencionadamente de la zona controlada, saltándose todos los controles y violando la legislación y lo ha dejado en otra zona, en medio del campo, metido en un recipiente. Si el depositar ese recipiente fuera de la zona controlada ha sido hecho a propósito, podría entenderse como una

especie de aviso o amenaza. Greenpeace ha pedido al CSN y al MITyC una valoración del suceso y una interpretación del mismo.

Este robo pone en evidencia el descontrol que ENUSA tiene sobre un material tan sensible, peligroso y que supone una amenaza de grandes proporciones en manos de organizaciones terroristas, como el combustible nuclear de uranio enriquecido para centrales nucleares. ENUSA y el CSN deben explicar por qué no funcionaron controles, detectores de radiación, etc… de ENUSA, y cómo pudieron sacar el autor o autores del robo combustible nuclear de la zona controlada. Greenpeace pide que se depuren responsabilidades en todos sus ámbitos.

Greenpeace exige además al CSN y al Ministerio que respondan de forma detallada a muchas más preguntas, como qué cantidad de combustible nuclear se ha robado, y si es posible que se venga sustrayendo material nuclear desde hace más tiempo.

A la luz de lo ocurrido, que parece demostrar que robar en Juzbado cantidades relativamente pequeñas de combustible nuclear podría ser más fácil de lo que inicialmente podría pensarse, Greenpeace considera que esto podría haber estado pasando con anterioridad, ya que los controles de ENUSA y el CSN han demostrado ser un fracaso.

Que desaparezca cualquier cantidad de combustible nuclear es muy grave, por pequeña que sea, pues es éste un material muy peligroso y sensible. De hecho este material está sometido a grandes controles internacionales (Euratom, OIEA) porque además de ser muy radiactivo _su liberación al medio puede generar graves daños de salud pública y medioambientales_ es un material estratégico de elevado valor en el mercado negro.