Dos Ballenas Yubartas en pleno salto
Este lanzamiento coincide con el Aniversario del hundimiento del
Prestige, que provocó la mayor catástrofe ambiental de la historia
de España afectando a más de 3.000 km de costa y cuyos efectos se
sentirán en los ecosistemas marinos aún durante años.
"Hacemos frente a una situación que se agrava día a día.
Nuestros mares han alcanzado cifras antes desconocidas de especies
de peces, aves y mamíferos que se dirigen hacia la extinción. Esta
misma semana conmemoramos una de las fechas más funestas para el
medio ambiente marino en España. La respuesta de Greenpeace es el
lanzamiento de la expedición en barco más ambiciosa de nuestra
historia para señalar a los culpables y exigir la creación de una
red de reservas marinas en todo el mundo que nos permita recuperar
la salud de nuestros océanos", ha declarado Juan López de Uralde,
Director Ejecutivo de Greenpeace en España.
La expedición comenzará este fin de semana, momento en el
que dos de los barcos de Greenpeace, el MY Esperanza y el MY Artic
Sunrise, dejarán Ciudad del Cabo para oponerse a la caza de
ballenas en el Santuario Ballenero Antártico.
Pese a las protestas internacionales y a las continuas demandas
por parte de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) para que
detenga la caza de ballenas, este año Japón pretende doblar su
captura de rorcuales aliblancos para llegar hasta los 935
ejemplares. Para agravar aún más la situación, los arponeros
capturarán además otras dos especies: 10 rorcuales comunes este
año, a los que el año que viene añadirán 40 rorcuales comunes más y
50 yubartas. Ambas especies están consideradas especies
amenazadas.
"Pese a la moratoria sobre la caza comercial de ballenas en
vigor desde 1986 la comunidad internacional ha sido incapaz de
detener esta actividad. La industria ballenera ha ido conduciendo a
una especie tras otra al borde de la extinción. Greenpeace se
dirige una vez más al Santuario Antártico a proteger a estas
especies y a exigir el fin inmediato de esta actividad", ha
declarado Sebastián Losada, responsible de la Campaña de Océanos de
Greenpeace.
La mitad del oxígeno que respiramos proviene de los océanos. A
cambio los estamos ahogando. Contaminándolos con petróleo u otros
productos químicos, provocando su calentamiento global o agotando
sus recursos pesqueros. Los buques de pesca industrial se han
extendido por todo el globo empleando técnicas destructivas como el
arrastre de fondo. La contaminación con productos tóxicos ha
llegado a zonas casi vírgenes como el Océano Ártico. Greenpeace
considera que es hora de hacer frente a la situación y actuar de
forma decidida.
Tres cuartas partes de los caladeros del globo están plenamente
explotados, sobreexplotados o agotados (1);
en algunas pesquerías de arrastre hasta el 90% de las capturas
son devueltas muertas al mar por su escaso valor comercial (2)
;
la cantidad de grandes peces hoy en día es tan sólo un 10% de
los niveles anteriores a la industrialización de la pesca (3);
en algunas pesquerías importantes hasta el 30% de las capturas
proviene de buques con bandera de conveniencia;
un 25% de los arrecifes de coral, los ecosistemas marinos más
diversos, ha desaparecido (4) ;
aproximadamente el 25 por ciento de la superficie de manglares
ha desaparecido en los últimos 20 años (5);
la pesca excesiva, el cambio climático, la disminución de la
capa de ozono o la contaminación son amenazas de alcance global
para los océanos.
"Necesitamos hacer frente a los problemas de la sobrepesca y dar
tiempo a las poblaciones de peces a que se recuperen. Los Gobiernos
del mundo deben cumplir con sus compromisos internacionales
estableciendo una red efectiva de reservas marinas que pueda ayudar
a la recuperación de los ecosistemas dañados por el ser humano",
añadió Losada.