Comunicado de prensa - noviembre 17, 2005
Las organizaciones ecologistas reconocen el importante paso dado por el Parlamento Europeo para la sustitución de las sustancias químicas peligrosas por alternativas más seguras, pero lamentan que los europarlamentarios hayan eximido a miles de sustancias químicas de la obligatoriedad de proporcionar cualquier información sanitaria y de seguridad.
El Parlamento Europeo ha apoyado la obligación de sustituir las
sustancias químicas peligrosas por alternativas más seguras cuando
estas se encuentren disponibles (el "Principio de Sustitución"),
enviando así un claro mensaje a todos los ministros de los
gobiernos nacionales que habrán de tomar una decisión sobre REACH.
Este requisito es esencial para acabar con la acumulación
progresiva de sustancias químicas peligrosas en nuestros cuerpos y
en el medio ambiente.
Sin embargo, las organizaciones advierten que lo acordado hoy
respecto a la información básica de seguridad que debe ser
proporcionada, imposibilitará la identificación y sustitución
sistemáticas de las sustancias más peligrosas, uno de los
principales objetivos de REACH. El texto aprobado hoy, no permitirá
obtener información básica de los impactos sanitarios y ambientales
para el 90% de las sustancias químicas.
De este modo las organizaciones condenan la decisión de
debilitar de forma severa, los requisitos mínimos de datos de
seguridad para todas las sustancias químicas que estarán bajo el
reglamento REACH.
Una legislación REACH basada en estos términos no proporcionará
la protección sanitaria y medio ambiental que la ciudadanía
necesita, pues dejará a miles de sustancias químicas sin
información básica sobre toxicidad y obstaculizará así la
identificación de sustancias químicas peligrosas como, por ejemplo,
los disruptores endocrinos.
El Consejo de Ministros tiene la oportunidad de fortalecer la
legislación - cuando el Consejo de Competitividad se reúna en
Bruselas - asegurándose que la legislación posibilitará tanto la
identificación como la sustitución de las sustancias más
peligrosas. Se trata de una oportunidad única para proteger a las
personas y al medio ambiente y por lo tanto no puede ser
sacrificado a costa de los intereses particulares y a corto plazo
de las grandes industrias químicas.