Gran cantidad de descartes acompañan a la especie objetivo, el "orange roughy" pescado por un arrastrero de profundidad en las aguas internacionales del Mar de Tasmania.
Greenpeace va a instalar una auténtica red de pesca de arrastre de 100 metros de ancho, 40 metros de largo y unos 20 metros de altura. Para concienciar sobre la problemática de la pesca con red de arrastre de profundidad y conseguir así apoyos de la ciudadanía a la petición dirigida a Naciones Unidas de una moratoria sobre este tipo de arte de pesca.
Greenpeace ha instalado una auténtica red de pesca de arrastre de 100 metros de ancho, 40 metros de largo y unos 20 metros de altura. Para concienciar sobre la problemática de la pesca con red de arrastre de profundidad y conseguir así apoyos de la ciudadanía a la petición dirigida a Naciones Unidas de una moratoria sobre este tipo de arte de pesca.
Greenpeace ha instalado una auténtica red de pesca de arrastre de 100 metros de ancho, 40 metros de largo y unos 20 metros de altura. Para concienciar sobre la problemática de la pesca con red de arrastre de profundidad y conseguir así apoyos de la ciudadanía a la petición dirigida a Naciones Unidas de una moratoria sobre este tipo de arte de pesca.
Greenpeace ha instalado una auténtica red de pesca de arrastre de 100 metros de ancho, 40 metros de largo y unos 20 metros de altura. Para concienciar sobre la problemática de la pesca con red de arrastre de profundidad y conseguir así apoyos de la ciudadanía a la petición dirigida a Naciones Unidas de una moratoria sobre este tipo de arte de pesca.
Greenpeace ha instalado en Madrid una auténtica red de pesca de
arrastre de 100 metros de ancho, 40 metros de largo y unos 20
metros de altura, dentro de la que se realizarán actividades
educativas durante toda la jornada del lunes. Como si fuera una
inmensa tienda de campaña por la que los visitantes podrán hacer un
circuito donde conocerán los impactos en las profundidades marinas
de este tipo de arte de pesca mediante distintas actividades
educativas: vídeo, exposición fotográfica, dibujos y manualidades,
juegos cooperativos, etc. dirigidos a niños, adolescentes y
personas adultas. Esta actividad se lleva a cabo en 11 países en
por los pasa esta la red (Alemania, Polonia, Austria, Dinamarca,
Suecia, Finlandia, Noruega, Holanda, Francia).
La red llega a España un mes antes del Día Mundial de los
Océanos y de que comience una nueva ronda de negociaciones en
Naciones Unidas sobre la protección de las profundidades marinas,
para las que la pesca de arrastre de fondo es considerada la
principal amenaza en todo el mundo.
En las profundidades de los océanos se elevan montañas
submarinas de más de 1.000 metros de profundidad, que reciben el
nombre de montes submarinos y, lejos de lo que se pensaba
antiguamente, son auténticos oasis de vida. De ellos surgen
corrientes ricas en nutrientes que alimentan a diferentes y
extraordinarios ecosistemas y albergan cientos de especies, muchas
de las cuales son desconocidas para la ciencia.
Sin embargo la pesca de arrastre ha llegado a las profundidades
marinas antes que los científicos. Esta actividad pesquera carece
de controles efectivos y de una gestión que garantice la
supervivencia de los recursos, lo que esta provocando la
destrucción acelerada de estos ecosistemas. Realizan este tipo de
pesca unos 200 barcos pertenecientes a 11 países y supone el 0,5%
de las capturas mundiales. La mayor flota es la española,
responsable del 40% de las capturas en 2001. "Hace dos años ya que
la Asamblea General de Naciones Unidas demandó medidas urgentes
para proteger las profundidades marinas de la destrucción causada
por las prácticas pesqueras insostenibles. Lo cierto es que no ha
habido prácticamente avances y que una moratoria sobre este tipo de
pesca en las zonas profundas de los océanos es urgente", declaró
Sebastián Losada, responsable de la campaña de océanos de
Greenpeace.
Este mismo año, los científicos del Consejo Internacional para
la Exploración del Mar (CIEM) afirmaron que la mayoría de las
especies de peces de aguas profundas están siendo capturados por
encima de los límites biológicos de seguridad y recomendaron que
las pesquerías de aguas profundas que existen en la actualidad
sufran recortes significativos así como que no se permitan nuevas
pesquerías de aguas profundas hasta que no hayan mostrado que son
sostenibles. El CIEM recomendó por ejemplo el cierre de las
pesquerías de tiburones de profundidad, que están siendo
esquilmadas por la flota arrastrera.
"Necesitamos un cambio radical frente a la actual ausencia de
regulaciones que ha conducido a la casi desaparición de algunas
especies y que ha sido incapaz de prevenir la destrucción de
hábitats sensibles, tales como corales de agua fría. Los países
europeos, entre ellos España, tienen que pasar de las palabras a la
acción y empezar a tomarse en serio la protección de estos
ecosistemas", declaró Sebastián Losada, responsable de océanos de
Greenpeace.