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Greenpeace denuncia la entrada en España de madera de conflicto de Costa de Marfil

Comunicado de prensa - julio 11, 2005
Pese a la guerra civil que azota Costa de Marfil, desde septiembre de 2002, las importaciones españolas de madera tropical desde este país aumentaron un 23% durante el pasado año. Greenpeace denuncia públicamente la complicidad del mercado español de madera tropical con la destrucción ambiental y el mantenimiento del conflicto armado en Costa de Marfil.

Acción en Valencia, en los almacenes de Maderas Selección

Ocupación de un barco cargado con madera de la isla de Umunda, en Papua Nueva Guinea

Protesta en la empresa Maderas Selección, por la importación de "madera de la guerra"

La situación recuerda al expolio vivido en Liberia y Sierra Leona durante finales de los 90 hasta 2003, cuando el "Señor de la Guerra" Charles Taylor alimentaba los conflictos de la región para hacerse con el negocios de los diamantes y la madera, lo que originó que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas impusiera en mayo de 2003 el embargo internacional de madera liberiana, embargo que continúa hasta la fecha. Dada la situación bélica en Costa de Marfil, la madera procedente de este país es considerada internacionalmente "madera de conflicto"  (1).

"La suspensión de las importaciones de madera desde Costa de Marfil son imprescindibles para atajar las vías de financiación del conflicto en este país, pero también para evitar una mayor degradación social y ambiental en escenarios post-conflicto."- ha declarado Miguel Ángel Soto, responsable de la Campaña de Bosques de Greenpeace- "Una vez que acabe la guerra, la deforestación y la falta de recursos seguirá dañando la economía y las posibilidades de desarrollo de este país"

Según la información extraída de la Base de Datos de Comercio Exterior de la Agencia Tributaria,  en el segundo semestre de 2004 se importaron 35.148.000 kg de madera tropical desde Costa de Marfil, por un valor de 25.012.000 €. Esto supone un incremento del 23,79% en peso y un 30,35% en valor económico respecto del mismo periodo del 2003. Los datos de los tres primeros meses de 2005 señalan un incremento del valor de las importaciones del 17,15% respeto al mismo periodo del año anterior.

Costa de Marfil vive desde hace dos años y medio una guerra civil que ha dividido el país en dos mitades. Esto ha supuesto que las medidas de protección de los bosques establecidas con anterioridad desaparezcan súbitamente. No hay control sobre la actividad forestal y la tala ilegal y el pillaje son la norma. Especialmente trágica es la situación al norte del país, dominada por los rebeldes antigubernamentales, donde se produce una transición progresiva entre el bosque cerrado, la sabana y, finalmente, los paísajes sin árboles del Sahel. La tala de árboles en estas latitudes significa literalmente la desaparición definitiva de la cubierta vegetal. Los espacios protegidos están siendo igualmente objeto de aprovechamiento forestal (2).

"En el caso de Liberia, en el año 2003, el sector español de la madera perdió una oportunidad de oro de actuar de manera responsable"- ha añadido Soto- "Ahora, en Costa de Marfil hace falta mucho más que apelaciones a códigos de buenas prácticas. La obligación del sector importador y transformador de madera es comprar madera únicamente a aquellas empresas madereras que garanticen totalmente la gestión social y ambientalmente sostenible".