El
barco de Greenpeace MY Esperanza se encuentra en la zona para colaborar
en las actividades de limpieza de una marea negra que ha afectado ya a
40.000 personas.
El
pasado viernes 11 de agosto, el petrolero monocasco Solar 1, fletado
por la compañía Petron, se hundió en el Estrecho de Guimaras, en
Filipinas, con una carga de 2,1 millones de litros de petróleo en sus
bodegas. Se estima que el buque ha vertido ya unos 200.000 litros
provocando una marea negra que causará graves daños al medio ambiente y
a los medios de vida de la gente de la zona.
La
tripulación del barco de Greenpeace MY Esperanza, que se encuentra en
la zona para colaborar en las tareas de limpieza y evaluación del
vertido, y científicos de la Universidad de Visayas (UPV), instalaron
en el día de ayer barreras de contención en las zonas más afectadas de
la reserva marina de Taklong, amenazada por la marea negra. Las
barreras, hechas de bamboo, paja de arroz y sacos, fueron diseñadas por
la UPV para servir de prototipo a las comunidades. Se trata de un plan
para combatir la falta de medios de lucha contra la contaminación
empleando materiales autóctonos y degradables para frenar la llegada de
petróleo a las costas de las zonas más afectadas. El barco de
Greenpeace llevó también material de limpieza, botas y guantes a los
funcionarios que gestionan la reserva marina.
Greenpeace
teme que lo peor esté todavía por llegar, ya que quedan 1,9 millones de
litros de petroleo en el barco hundido que aún no han sido vertidos al
mar.
"Reiteramos
nuestra exigencia de que Petron se ocupe de recuperar el barco del
lecho marino o de extraer el petróleo que todavía queda en sus bodegas.
A no ser que esta operación se lleve a cabo de forma urgente, estaremos
ante una catástrofe mucho mayor que la actual", declaró Sebastián Losada, de la Campaña de Océanos de Greenpeace. "Las
operaciones de ayuda deben continuar para ayudar a la gente de
Guimaras. Petron tiene la obligación además de compensar a las
comunidades por los daños ocasionados y es necesario diseñar planes de
recuperación a largo plazo para apoyarlas".
El
Gobernador de Guimaras, Joaquín Nava, expresó su frustración por la
ausencia de un compromiso del Gobierno nacional y de Petron, la empresa
que fletó el buque petrolero, para luchar contra la peor marea negra de
la historia de Filipinas, que ha afectado ya a ecosistemas de gran
valor y a más de 40.000 personas.
Greenpeace
demanda al gobierno filipino que realice una evaluación del impacto de
la marea que debe incluir las zonas afectadas de Guimaras, Iloilo y
Negros. El Gobierno debe además hacer a Petron responsable de los
gastos de rehabilitación de las áreas dañadas por el vertido.
El
Esperanza se encuentra en el Sudeste Asiático como parte de la
expedición en barco más ambiciosa de la historia de Greenpeace, En
Defensa de Nuestros Océanos. Como parte de ésta el Esperanza ha
visitado ya aguas antárticas, dónde se ha enfrentado a la flota
ballenera japonesa; África Occidental, dónde ha denunciado el papel de
la pesca pirata en la destrucción de los recursos pesqueros africanos;
las Islas Azores, dónde ha documentado la gran biodiversidad de los
ecosistemas profundos; el Mediterráneo, donde ha expuesto la
esquilmación del atún rojo; el Mar Rojo en dónde ha expuesto el impacto
de la urbanización masiva de la costa sobre los ecosistemas marinos; y
la India, en donde ha trabajado en la protección mediante reservas
marinas de zonas alto valor ecológico.