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Greenpeace alerta sobre las lagunas del “Libro Verde de Energía” que propone la Comisión Europea

La organización propone una alternativa: “El Libro Más Verde de Energía”

Comunicado de prensa - marzo 14, 2006
En el Consejo Extraordinario de Ministros de la UE, hoy se va a adoptar el borrador final del Libro Verde1 de la energía emitido por la Comisión Europea. Este documento trata de los objetivos a largo plazo de la UE en temas tan importantes como seguridad de abastecimiento energético, competitividad empresarial y protección del medio ambiente. En los días anteriores los Consejos de Ministros de Medio Ambiente y de Energía han alegado sus comentarios al borrador.

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Con razón la Comisión Europea pide a la UE que lidere la apuesta por la energías renovables y la eficiencia energética en el mundo pero Greenpeace alerta sobre los importantes fallos del Libro Verde  'Estrategia Europea para una energía Sostenible, Competitiva y Segura'.

Sobre todo, el Libro Verde da demasiada énfasis al secuestro y almacenamiento de carbono, a pesar de los riesgos e incertidumbres todavía por resolver acerca de la tecnología que propone sepultar el dióxido de carbono bajo tierra o bajo al mar. Las energías renovables y la eficiencia energética tienen un potencial abrumador y están ya entrando en el mercado energético. La eficiencia del secuestro del carbono no está probada, es una tecnología muy cara y perpetúa la dependencia y el uso de combustibles fósiles2, al contrario de las energías renovables que son limpias, locales, rentables y contribuyen la competitividad europea.

Además, la Comisión no ha anunciado esa inminente y necesaria propuesta que se esperaba hace tiempo para establecer objetivos a largo plazo vinculantes para la contribución de las energías renovables y el ahorro energético al mercado energético, medida indispensable para alcanzar una conversión del modelo energético Europeo hacia las energías limpias.

Greenpeace pide que por lo menos el 20% del abastecimiento de la energía en 2020 derive de fuentes renovables.

La propuesta de la Comisión no identifica exactamente las implicaciones de la política energética sobre los futuros compromisos en tema de cambio climático, ignorando la decisión tomada en la sede de la Cumbre de Primavera de 2005 por parte de los líderes de la UE de apoyar la reducción de la emisiones de gases de efecto invernadero de los países industrializados de hasta un 30% (con respecto a las emisiones de 1990) antes de 2020.

"El Libro Verde supone un apoyo incondicionado al secuestro y almacenado de carbono, que no es seguro y potencialmente insostenible. A pesar de la declaración de buenas intenciones en energías renovables y eficiencia energética, no se atreve a ponerlas como base del mix energético europeo. Ni siquiera se cuestiona el tratamiento preferente de fuentes de energía contaminantes y peligrosas como la energía nuclear y los combustibles fósiles, a pesar de que ya hayan recibido miles de millones de euro en subsidios y ayudas del estado. Ideas tan tibias no harán posible la revolución energética que necesitamos" ha declarado Sara Pizzinato

Por este motivo Greenpeace ha propuesto un Libro Más Verde en el que expone su posición sobre los objetivos que tiene que tener la nueva política energética Europea para asegurar un futuro realmente sostenible competitivo y seguro.

En el Consejo de Energía de hoy y en la Cumbre de Primavera del 23 y 24 de marzo se debatirá y se tomará una posición sobre el futuro de la política energética de la UE. Greenpeace pide a los Gobiernos nacionales que luchen contra el cambio climático promoviendo las energías renovables y la eficiencia energética.

Nota

Quedan graves riesgos , limitaciones e incertidumbres asociadas al secuestro y almacenamiento de carbono, una medida de atrapar el dióxido de carbono derivado de la combustión de combustibles fósiles y almacenarlo en el mar o bajo tierra. Esta tecnología muy costosa, representa sólo un parche a el excesivo e injustificado consumo de combustibles fósiles. Esta tecnología requiere una inversión además en nuevas infraestructuras para combustibles fósiles y traslada el problema de la emisiones de gases de efecto invernadero a las generaciones futuras en lugar de resolverlo.