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Greenpeace alerta sobre fugas en las barras de control de la central nuclear de cofrentes

Greenpeace denuncia la actitud agresiva de Iberdrola en la operación de la central, así como su falta de transparencia informativa.

Comunicado de prensa - julio 6, 2005
Greenpeace alerta sobre fugas en los accionamientos de las barras de control de la central nuclear de Cofrentes (Valencia) Estos fallos tienen su origen en la mala química del circuito primario, lo que lleva a pensar que podrían estar afectadas otras partes del sistema. Además, estos problemas reflejan la actitud agresiva de Iberdrola en la operación de la central, de la que es propietaria en un 100%, y su falta de transparencia ante la reiteración de sucesos e incidentes.

imagen área de la central nuclear de Cofrentes, en Valencia

En este sentido es  especialmente relevante el reciente suceso de fugas en los accionadores de las barras de control, elementos de suma importancia para la seguridad ya que son los que permiten controlar y parar, en su caso, las reacciones nucleares en el reactor.

La elevada tasa de fallos en la seguridad que se dan en la central de Cofrentes, y de los que son una muestra evidente los numerosos incidentes que están sucediendo en la actual parada de recarga, son una demostración palpable de la pésima Cultura de Seguridad de Iberdrola.

A esa actitud negligente en la operación de esta instalación hay que sumar la falta de transparencia informativa de Iberdrola ante los problemas de la central nuclear, de la que además se han hecho eco diversos sindicatos con representación en la misma. Así, por ejemplo, en el suceso ocurrido el pasado 25 de mayo, de desbordamiento de agua radiactiva de la piscina superior de la central y que contaminó diversos equipos y el propio recinto de la instalación, y del cual Iberdrola no ha hecho notificación alguna.

Especialmente relevante, por su importancia desde el punto de vista de la seguridad, resulta el suceso de fugas en los accionadores de las barras de control, detectado el pasado 24 de junio. Por la información de que dispone Greenpeace, todo apunta a que se trata de un problema de corrosión inducida por mala química del circuito primario, lo que significa que, en principio, podrían además estar afectadas otras partes del sistema. Esta explicación implica que la responsabilidad de lo ocurrido recae en el operador de la central, puesto que parece evidenciarse que su programa de química del primario es de mala calidad.

Para Greenpeace resulta lamentable que, a pesar de la relevancia del suceso, Iberdrola no haya notificado el suceso, argumentando que la fuga que se había detectado estaba localizada fuera de la barrera de presión. Greenpeace considera que la decisión del titular de no considerar el suceso como notificable es una práctica obviamente poco conservadora y demuestra la manifiesta intención de ocultar al público los hechos ocurridos así como su extraordinaria relevancia. Las Especificaciones Técnicas de Funcionamiento (ETF) permiten al operador notificar cualquier suceso relacionado con la seguridad que éste considere relevante. Es evidente que el sistema de accionamiento de las barras de control, que es el que asegura la inserción inmediata de dichas barras en el núcleo cuando ello es necesario, es importante para la seguridad y Greenpeace considera que cualquier cosa que afecte al mismo debería ser valorado como relevante.

"A la lamentable actitud de Iberdrola hay que sumar la criticable actuación del Consejo de Seguridad Nuclear que, siguiendo su habitual línea de oscurantismo, se ha limitado a hacer pública una brevísima mención del suceso que no aporta información sólida para valorar el verdadero alcance del suceso", ha declarado Carlos Bravo, responsable del Área de Energía de Greenpeace.

En efecto, la actitud del CSN al respecto es deplorable. El pasado 24 de junio, el CSN se limitó a publicar una escueta nota de prensa haciéndose eco del suceso, que no permitía realizar una adecuada valoración. Con posteridad a dicha fecha, el CSN no ha publicado ninguna otra informacion adicional.

Asímismo, Greenpeace considera que ante la preocupación que el suceso despierta en la sociaedad, el CSN debería hacer pública información exahustiva y detallada sobre las siguientes cuestiones:

    * Forma y momento en el que se detectó la fuga y medidas tomadas por el  operador para mitigar el suceso.

    * El fenómeno que ha dado lugar a que se produjera la fuga: origen, causa, cuando se inició el proceso, duración, ritmo, qué factores han coadyubado en el mismo,  etc.

    * Valoración de la actuación del titular antes, durante y después del suceso.

    * Descripción del estado de todos los elementos del sistema que podrían haber sido afectados por por el fenómeno.

    * Experiencia operativa interna y externa en relación con sucesos similares y las medidas tomadas por Cofrentes.

    * Planes de la central para resolver la situación y programa previsto de implantación de las medidas correctoras.

    * Valoración de la relevancia del suceso en relación con el posible impacto en la seguridad en condiciones de operación normales y anormales.

"Tras el escándalo generado por la central nuclear de Vandellós-2, donde ha quedado demostrado que el titular operó la central con márgenes de seguridad reducidos por dar prioridad a sus intereses económicos sobre la seguridad, el CSN no puede adoptar nuevamente una actitud permisiva con respecto a Cofrentes y permitir que funcione en condición degrada", añadió Bravo.