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Esta semana se cumplen 63 años del bombardeo nuclear de Hiroshima y Nagasaki

La proliferación de las armas nucleares en Oriente Medio muestra su peligrosidad y la necesidad de avanzar hacia el desarme

Comunicado de prensa - agosto 6, 2008
Hoy hace 63 años que el ejército estadounidense lanzó una bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. La bomba, de 4 Tm de peso, era de uranio enriquecido, y estalló con una fuerza equivalente a 12.500 toneladas de explosivos altamente destructivos. La ciudad quedó reducida a escombros y se produjeron unas 200.000 víctimas. Sin embargo, a pesar de las consecuencias de este experimento nuclear, el 9 de agosto se lanzó una segunda bomba sobre la ciudad de Nagasaki. De nuevo, murieron 100.000 personas.

Hongo nuclear

Además de los efectos inmediatos de estas bombas, rápidamente comenzaron a aparecer alteraciones en la salud de las personas supervivientes, entre ellas síndrome agudo de radiación, hematomas, diarreas, pérdida total o parcial del cabello, disminución de los glóbulos blancos, cansancio generalizado... Todavía actualmente, muchos supervivientes siguen afectados y sintiendo los efectos de las explosiones, con graves afecciones como anemia, leucemia y tumores malignos, además de graves trastornos psíquicos en muchos casos.

Los bombardeos no tenían utilidad militar y se dirigieron a la población civil, por lo que eran absolutamente contrarios al Derecho Internacional Humanitario (DIH), aparte de experimentos de una tremenda crueldad. Su objetivo era demostrar la superioridad política y militar de EE UU en el mundo que salía de la II Guerra Mundial.

"/Cada año, recordar esta tragedia debe servir para recordar la amenaza que aún hoy suponen las armas nucleares. Aunque no sean centrales en el debate público, hay que señalar que casi 30.000 cabezas nucleares siguen en activo y podrían ser utilizadas en cualquier momento/", -ha subrayado Mabel González, responsable de la campaña de Desarme de Greenpeace.

La mayoría de estas armas están en manos de los cinco países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU (EE UU, Francia, Reino Unido, Rusia y China), además de India, Pakistán e Israel. El elevado valor simbólico que se concede a estas armas hace que aumente su proliferación: como estos países no quieren cumplir sus compromisos internacionales y dar pasos claros hacia el desarme nuclear, otros tratan de hacerse con ellas para no quedar en inferioridad de condiciones. El resultado es un mundo mucho más peligroso.  

Un caso actual con el que se pone de manifiesto el riesgo de esta proliferación es Oriente Medio. Israel es una potencia nuclear que podría tener unas 200 armas atómicas, aunque nunca lo ha reconocido. Ahora Irán, su gran rival estratégico en la región, desarrolla un programa nuclear que afirma que tendrá usos civiles, pero que eventualmente le permitiría en el futuro acceder a un programa de armamento.

Las aspiraciones iraníes y la situación en Israel han generado una onda expansiva en todo Oriente Medio y el mundo árabe: Egipto, Jordania, Marruecos, Libia, Argelia, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, entre otros, quieren desarrollar programas atómicos. Precisamente este último país ya ha comenzado a buscar las posibles ubicaciones para las instalaciones. Tanto los programas ya existentes como los planeados amenazan la paz y la estabilidad en una región que ya es lo suficientemente volátil.

"/Todo ello muestra la necesidad de controlar la proliferación, pero también de que las potencias nucleares 'reconocidas' avancen hacia el desarme. Una condena universal de las armas nucleares y su progresivo desmantelamiento son la visión de futuro a la que se debe aspirar", -ha señalado Mabel González.

Greenpeace se fundó en 1971 con el objetivo de lograr un mundo libre de las amenazas de las armas nucleares y la energía nuclear. En España, la organización ecologista apoya activamente el trabajo de Alcaldes por la Paz y promueve la extensión de esta red. Los municipios que entran en la misma se declaran a sí mismos libres de armas nucleares. Hasta el 1 de agosto, formaban parte de la red 2.368 municipios de 131 países, de los cuales más de 110 son españoles.