Comunicado de prensa - diciembre 4, 2007
El barco Weatherbird II, propiedad de la empresa Planktos y cuya intención es llevar a cabo vertidos de hierro en el océano, estará atracado en unos días en el Puerto de Las Palmas de Gran Canaria, según la información a la que ha tenido acceso la organización ecologista Greenpeace. Parece ser que Planktos tiene contactos con algún departamento de una Universidad canaria que sería su contraparte en las islas.
El barco Weatherbird II, propiedad de la empresa Planktos y cuya intención es llevar a cabo vertidos de hierro en el océano, estará atracado en unos días en el Puerto de Las Palmas de Gran Canaria.
Las intenciones de la empresa Planktos es llevar a cabo vertidos
de hierro pulverizado al mar para realizar lo que denominan
experimentos de "fertilización con hierro". Según la empresa, el
aporte de nutrientes como el hierro al mar incrementaría el
desarrollo del fitoplancton marino para, de esta forma, fijar
dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera y transportarlo a las
profundidades oceánicas, mitigando así algunos de los efectos del
cambio climático.
Sin embargo, ni el Panel Intergubernamental sobre Cambio
Climático (IPCC) ni el Convenio de Londres para la Prevención de la
Contaminación Marina aceptan esta práctica. El IPCC ha considerado
los posibles resultados beneficiosos de esta técnica como puras
especulaciones y el Convenio de Londres ha mostrado su preocupación
por los efectos negativos que podría tener sobre el medio ambiente
y la salud humana y ha recomendado que no se lleve a cabo.
"La fertilización es muy arriesgado por los cambios
imprevisibles que puede provocar en los ecosistemas marinos. Por
eso no es compatible ni con las reservas marinas ni con la
conservación de los océanos limpios y en buen estado para el
futuro", ha declarado Sara del Río, responsable de la campaña de
Tóxicos de Greenpeace. "Además, se trata de una falsa solución para
combatir el cambio climático, con lo que las intenciones de la
empresa parecen más económicas que ambientales", añadió Del
Río.
Greenpeace espera que con esta información, tanto el Ministerio
de Medio Ambiente como el de Fomento, hagan todo lo posible para
evitar que, una vez más, los intereses comerciales de las empresas
tengan preferencia frente a la protección del medio ambiente y que
impidan este vertido al mar.