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El Weatherbird II abandona Canarias al no obtener permiso para entrar en puertos españoles

Greenpeace ve muy positiva la resistencia de los Gobiernos canario y estatal a los planes de “fertilización” de Planktos

Comunicado de prensa - diciembre 13, 2007
Según ha podido saber Greenpeace, el barco de la empresa Planktos, Weatherbird II, decidió ayer abandonar las Islas Canarias y poner rumbo a otro puerto, ante la negativa de Capitanía Marítima de permitirles la entrada. Además, ayer quedó patente el rechazo del Gobierno canario a los planes de la empresa de “fertilizar con hierro” el océano, por el “posible riesgo tóxico” asociado.

El barco Weatherbird II, propiedad de la empresa Planktos y cuya intención es llevar a cabo vertidos de hierro en el océano, estará atracado en unos días en el Puerto de Las Palmas de Gran Canaria.

La organización cree que es muy positivo el rechazo político y social en España a este proyecto. Este rechazo comenzó con el fuerte posicionamiento de la delegación española en el Convenio de Londres contra la fertilización marina, que incluye la fertilización con hierro que pretenden desarrollar algunas empresas, entre las que se encuentra Planktos.

"Que Planktos encuentre trabas y haya visto frustrados sus planes de desarrollar su proyecto en España, es un paso muy importante para que las empresas dejen de buscar beneficios sobre el falso argumento de proteger el medio ambiente, cuando lo que hacen es ponerlo en peligro", ha declarado Sara del Río,

Según la empresa, el aporte de nutrientes como el hierro al mar incrementaría el desarrollo del fitoplancton marino para, de esta forma, fijar dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera y transportarlo a las profundidades oceánicas, mitigando así algunos de los efectos del cambio climático.

Sin embargo, tanto el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) como el Convenio de Londres para la Prevención de la Contaminación Marina han rechazado esta práctica. El IPCC ha considerado los posibles resultados beneficiosos de esta técnica como puras especulaciones y el Convenio de Londres ha mostrado su preocupación por los efectos negativos que podría tener sobre el medio ambiente y la salud humana y ha recomendado que no se lleve a cabo.