Imágenes de activistas de Greenpeace pidiendo el cierre de la Central Nuclear de Almaraz (Cáceres).
"El gran acuerdo Sarkozy-Brown es otra gran nube de humo de la
industria nuclear, pura propaganda sin contenido, como lo fue la
tan comentada 'revitalización de la energía nuclear' que en enero
de 2007 iba a acordar la Unión Europea", -ha afirmado Carlos Bravo,
responsable de la campaña de Cambio Climático y Energía de
Greenpeace.
En diciembre de 2006 y enero de 2007 la industria nuclear
emprendió otra de sus infladas campañas publicitarias anunciando
por todo lo alto que la Comisión Europea acordaría en su reunión
del 10 de enero de 2007 un paquete de medidas energéticas que
revitalizaría la energía nuclear.
La realidad es que la Comisión Europea aprobó un paquete de
medidas que marcaba como objetivos de obligado cumplimento: a) que
las energías renovables constituyan en el 2020 el 20% de la energía
primaria de la Unión europea, b) una reducción del 20% de la
demanda de energía primaria con respecto al 2005 en el 2020, y todo
ello para c) reducir las emisiones de CO2 en un 20% en el 2020 con
respecto a los niveles de 1990. En materia de energía nuclear, la
Comisión Europea se limitó a expresar que cada Estado miembro era
soberano de impulsar esta energía o todo lo contrario pero no se
aprobó ningún objetivo vinculante de crecimiento de la energía
nuclear en la Unión Europea.
"La industria nuclear no quiere reconocer que no es competitiva,
y menos la francesa que es de titularidad estatal y por lo tanto
recibe todo tipo de subsidios estatales. La energía nuclear perdió
hace muchos años la batalla de la competitividad económica en unos
mercados energéticos cada vez más liberalizados" - ha señalado
Bravo.
En ese sentido, el caso de la central nuclear de Olkiluoto-3, en
construcción en Finlandia, es paradigmático. Oficialmente se
reconoce que este reactor acumula ya 2 años de retraso sobre el
calendario previsto y un sobrecoste de 1.500 millones de euros
sobre lo inicialmente presupuestado.
En el 2001, AREVA (la multinacional francesa, de titularidad
pública) hizo grandes promesas sobre el proyecto de su reactor EPR
(European Pressurized Reactor) que iba a construir en Finlandia, el
reactor Olkiluoto-3. De acuerdo con estas promesas, el reactor iba
a ser construido en un tiempo récord de 4 años (el tiempo medio de
construcción de los reactores nucleares terminados entre 1995 y
2000 en el mundo fue de 116 meses, es decir cerca de 10 años). Se
aseguró que el coste que tendría el reactor de Olkiluoto-3 sería de
2.500 M€, y que además no se necesitaría recurrir a apoyos
estatales ni a subsidios de ningún tipo. La industria nuclear
hablaba entonces del "renacimiento nuclear": el EPR de Olkiluoto-3
sería su buque insignia.
Hoy en día la realidad es muy diferente. La construcción del
reactor empezó en 2005, y tan sólo 2 años más tarde, en 2007, la
propia AREVA anunciaba oficialmente en su página web que la
terminación del reactor de Olkiluoto-3 se retrasaría por 2 años.
Mientras tanto, el coste de la construcción del reactor se ha ido a
más allá de los 4.000 M€.
A pesar de las declaraciones previas de la industria nuclear de
que el reactor no requeriría apoyos financieros estatales, los
bancos públicos de Suiza y Francia han tenido ya que realizar
fuertes préstamos para la construcción del reactor. Y, por si fuera
poco, lo que agrava aún más la situación, es que se han detectado
ya más de 1.500 defectos de diseño y desviaciones de calidad en el
reactor, que genera grandes preocupaciones sobre la seguridad del
reactor.
En Europa, aparte de Finlandia, sólo Francia está construyendo
actualmente un reactor, en estado aún incipiente. Lituania,
Rumania, Eslovaquia y Bulgaria tienen planeado construir alguna
otra. Por otro lado, Alemania y Suecia tienen programas activos de
abandono de la energía nuclear. Otros 12 países no apostaron por la
nuclear en su mix energético o la abandonaron hace tiempo (como
Italia o Austria). Los demás mantienen una moratoria o han
anunciado la intención de cerrar su parque nuclear. "Este último es
el caso de España, si el PSOE y José Luis Rodríguez Zapatero
finalmente cumplen su compromiso y no terminan defraudando a los
ciudadanos" - ha añadido Carlos Bravo.