Entre cuatro y cinco toneladas de Gallineta (Sebastes Marinus) pescadas por el buque pesquero "Eastern Princess II", arrastrando dentro de la zona económica exclusiva canadiense (200 millas) en una profundidad aproximada de 350 m.
El buque "Eastern Princess II", arrastrando en aguas canadienses
Activistas de Greenpeace despliegan una pancarta con el mensaje -NAFO: ¡Despierta!- frente al arrastrero islandés Petur Jonsson, en aguas internacionales del Atlántico Noroeste.
Activistas de Greenpeace despliegan una pancarta con la leyenda 'LEGAL' en la proa del arrastrero islandés Petur Jonsson, en aguas internacionales del Atlántico Noroeste.
Activistas de Greenpeace fijan una pancarta con la leyenda 'Destructor de las profundidades marinas' en el casco del arrastrero español 'Playa de Tambo', en aguas internacionales del Atlántico Noroeste.
Activistas de Greenpeace muestran una pancarta demandando la protección de los fondos marinos frente al arrastrero español 'Playa de Tambo' en aguas internacionales del Atlántico Noroeste.
La localización de nuestra acción ayer en el mapa
Activistas de Greenpeace en el trayecto del arrastrero estonio Lootus II.
Activistas de Greenpeace en el trayecto del arrastrero estonio Lootus II.
En diciembre de 2004, tras la campaña de Greenpeace en aguas del
Atlántico Nordeste para denunciar el impacto de la pesca de
arrastre en esta zona, el MAPYA afirmó que el arrastre de fondo en
aguas internacionales era una actividad "perfectamente regulada" y
que "en ningún caso" afectaba a ecosistemas particularmente
sensibles. Ante estas declaraciones, Greenpeace solicitó al
Instituto de Oceanografía la información disponible sobre la
distribución de ecosistemas vulnerables, como corales de agua fría,
corales blandos o esponjas de profundidad, en las zonas en las que
faena la flota española (1).
En su respuesta, firmada el pasado 1 de julio por la Directora
del IEO, Concepción Soto, este organismo afirma que los estudios
realizados por la Administración española se centran en la
cuantificación de especies explotadas y pasan de puntillas sobre
los ecosistemas de los que dependen estas especies. Soto afirma que
"el equipo del IEO implicado en el estudio de las pesquerías de
arrastre en aguas internacionales es el de Pesquerías Lejanas, cuya
actividad orientada al conocimiento del impacto del arrastre de
fondo sobre el ecosistema ha sido muy escasa. Sólo en el área de
Hatton Bank y desde el año 2000 se comenzó a recopilar información
de especies sensibles".
Además, asegura que "no se dispone de datos concretos acerca del
impacto de la flota española que faena con arrastre de fondo sobre
el bentos marino ni sobre ecosistemas especialmente sensibles", y
añade que "los objetivos de las actividades desarrolladas por el
equipo de Pesquerías Lejanas del IEO no estaban orientados hacia el
conocimiento del impacto del arrastre de fondo sobre el ecosistema.
Los objetivos más próximos de otros proyectos y campañas de
investigación relacionados con la evaluación del impacto serían el
estudio de las relaciones tróficas y la elaboración de listas
faunísticas".
"Éste es precisamente uno de los problemas más graves a los que
nos enfrentamos con la explotación pesquera de los ecosistemas
profundos. Pescamos en estas zonas sin saber prácticamente nada
sobre su ecología ni sobre la biología de sus especies. El
resultado es una gestión desastrosa en la que la industria pesquera
ha ido agotando los recursos uno tras otro", afirma Sebastián
Losada, responsable de la Campaña de Océanos de Greenpeace.
La propuesta española
España presentó el año pasado una propuesta para la regulación
de la pesca de arrastre en aguas internacionales. En las zonas
reguladas por las Organizaciones Regionales de Pesca, España
propone, sobre la base de la información científica existente y un
análisis caso por caso, la adopción de medidas para prohibir las
prácticas pesqueras destructivas de los ecosistemas marinos
vulnerables.
"En este momento es imposible elaborar propuestas que preserven
los ecosistemas marinos vulnerables, sencillamente porque
desconocemos dónde están. No existe cartografía de los entre 30.000
y 100.000 montes submarinos que hay en todo el mundo, y mucho menos
de los corales y esponjas de agua fría", declara Losada. "Con los
enormes beneficios económicos que España ha obtenido de la pesca de
arrastre en aguas internacionales -España es una de las primeras
potencias mundiales- es inadmisible lo poco que hemos invertido en
la investigación de la ecología de las zonas profundas", añade.
Greenpeace se encuentra en el área NAFO desde el 26 de julio
para documentar el impacto del arrastre de fondo y apoyar la
petición de más de 1.100 científicos y de una coalición de más de
50 organizaciones medioambientales de todo el mundo de una
moratoria de Naciones Unidas sobre la pesca de arrastre en alta mar
que permita a los científicos identificar qué áreas de las zonas
profundas necesitan protección y cómo explotar los recursos de las
zonas profundas de forma sostenible.
Una de las principales razones por las que una moratoria es
imprescindible es impedir que las flotas de arrastre sigan
expandíéndose a zonas más profundas, que hasta ahora no habían sido
prácticamente explotadas, antes de que los científicos puedan
determinar si en estas zonas existen ecosistemas vulnerables. En la
respuesta del IEO se afirma que "tan sólo en la serie de campañas
que se realiza en Flemish Cap (2) se recopiló información de manera
esporádica sobre especies de invertebrados, y desde el año pasado,
que se aumentó la profundidad de las pescas en áreas no habituales
para la flota comercial, se constató la presencia de esponjas de
aguas frías en la zona".
Las esponjas de aguas frías proporcionan una superficie sobre la
que muchas especies de aguas profundas pueden desarrollarse, ya que
son zona de caza para algunas especies y refugio contra los
predadores y las corrientes para otras. Un reciente artículo del
Consejo Internacional para la Explotación del Mar (ICES) señala la
falta de información sobre la distribución de las esponjas de aguas
frías y el daño que el arrastre de fondo puede provocar sobre estas
especies de crecimiento lento.
Fin del comunicado
Notas:
(1) En las profundidades de los océanos, hasta hace pocos años
consideradas desiertos, se hayan organismos de crecimiento muy
lento como los corales de agua fría, las esponjas o los corales
blandos. Las construcciones que forman estas especies tardan siglos
en crecer. Las especies que los habitan, además, crecen muy
lentamente y son mucho más sensibles a la sobreexplotación y al
impacto de las toneladas de peso de las puertas y cadenas que se
arrastran sobre ellas y que destruyen estos fondos.
(2) El Flemish Cap está localizado al Este de Terranova, en el
área de regulación de la Organización de Pesca del Atlántico
Noroeste (NAFO).