Comunicado de prensa - junio 20, 2009
Las organizaciones ecologistas Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/Birdlife y WWF, que agrupan a la mayoría del movimiento español de defensa del medio ambiente, apoyan el cierre de la central nuclear de Garoña, y denuncian las falsedades y presiones que se están realizando para evitar que el Gobierno ejerza su derecho de poner punto final a la actividad de esta central. Estas organizaciones consideran que el cierre de la nuclear debiera producirse de manera inmediata, y apoyarán una decisión del Presidente del Gobierno en este sentido
Celebración del día del Medio Ambiente en Madrid, 5 de junio de 2009.
Las organizaciones ecologistas denuncian las presiones del lobby
nuclear y de Nuclenor (50% Iberdrola, 50% Endesa) en particular
para evitar a toda costa el cierre de Garoña, que sólo busca
satisfacer sus intereses económicos explotando una central nuclear
obsoleta y peligrosa (pero sobradamente amortizada), sin
importarles poner con ello en riesgo la salud de la población y el
medio ambiente y obstaculizar la implantación de un sistema
energético 100% renovable.
Los ecologistas denuncian el carácter pronuclear del Consejo de
Seguridad Nuclear (CSN) que ha emitido un dictamen (no vinculante
para el Gobierno) favorable a la concesión de la prórroga de diez
años a esta central solicitada por Nuclenor. A pesar de que la
central de Garoña ha incumplido varios de los requisitos que el CSN
previamente les había exigido para prorrogarle la licencia: la
substitución del cableado eléctrico y solventar los reiterados
problemas de la ventilación de emergencia de la contención. Además,
el CSN ha minimizado el grave estado de agrietamiento múltiple por
corrosión que afecta a elementos de la vasija del reactor y otros
elementos del circuito primario, con un nivel de afectación que no
tiene parangón con ninguna otra central del mismo tipo en Estados
Unidos u otros países.
Sin la central nuclear de Garoña el suministro eléctrico seguirá
estando totalmente garantizado. Un dato que lo demuestra es que en
2008 los intercambios internacionales de electricidad de España se
saldaron con la exportación de una cantidad equivalente a tres
veces la producción eléctrica de Garoña.
Numerosas organizaciones sociales, ecologistas, vecinales y
políticas reclaman desde hace años el cierre de Garoña, petición
hecha también desde instituciones como el Parlamento vasco, el
Gobierno Vasco, el Parlamento de La Rioja, el Parlamento de Aragón,
el Parlamento de Navarra y la Diputación Foral de Álava, entre
otras.
Tampoco hay obstáculos económicos para su cierre, pues esta
central está ya más que amortizada desde hace años. Su cierre no
implicaría ninguna subida del precio de la luz, a pesar de las
mentiras e intoxicaciones sin fundamento que al respecto se han
lanzado desde el lobby nuclear.
Además su funcionamiento es peligroso. Conocida como la "central
de las mil y una grietas", su vida útil está ya más que agotada,
como demuestran los graves problemas, ya señalados anteriormente,
de agrietamiento por corrosión que afectan a diversos componentes
de la vasija del reactor y del resto del circuito primario.
Las organizaciones ecologistas piden además que el
desmantelamiento de la central venga acompañado de un plan de
desarrollo alternativo de la comarca financiado con los fondos de
Enresa. Además recuerdan que, con el desmantelamiento de la central
aumentarán los puestos de trabajo en la zona.
Los ecologistas ratifican que harán todos los esfuerzos para
conseguir el cierre inmediato de esta central nuclear, que la
propia industria nuclear ha convertido en un símbolo de su
anteposición del lucro a la seguridad de la población y del
planeta.