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El Ministerio de Agricultura intenta legalizar la contaminación por transgénicos con un Real Decreto

A gricultores, consumidores, ecologistas y sindicatos solicitan entrevistarse con las ministras de Agricultura y Medio Ambiente para negociar sus peticiones

Comunicado de prensa - agosto 1, 2005
Ecologistas, sindicatos, organizaciones de agricultores y consumidores rechazaron hoy el Proyecto de Real Decreto de coexistencia entre cultivos transgénicos y cultivos convencionales y ecológicos. En rueda de prensa, estas organizaciones afirmaron que el proyecto no aporta cambios significativos con respecto a la versión anterior y, por tanto, legaliza, de facto, la contaminación genética en lugar de garantizar la protección de los cultivos y de los productos no transgénicos.

Cultivo de maíz transgénico.

Acción de Greenpeace en un campo de maíz transgénico en Zaragoza

Campo de maíz transgénico en Zaragoza

Acción de Greenpeace en un campo de maíz transgénico de Zaragoza

Acción de Greenpeace en un campo de maíz transgénico de Zaragoza.

Acción de Greenpeace en un campo de maíz transgénico de Zaragoza.

Acción de Greenpeace contra la contaminación genética en la empresa Moyresa en Cartagena (Spain)

Las organizaciones firmantes criticaron la actitud del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), que ha presentado un nuevo texto sin consultar con los sectores implicados y con la única posibilidad de hacer comentarios y no alegaciones. Por eso destacaron también que la ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación, Elena Espinosa, ha roto el compromiso adquirido el pasado 29 de marzo de contar con la participación de las organizaciones sociales para elaborar una nueva propuesta tras haber tenido que paralizar la aprobación de la versión anterior ante la crítica masiva que recibió el texto.

Desde entonces, ninguna de las organizaciones ha recibido noticia alguna del MAPA al respecto. De hecho, los miembros de la Comisión Nacional de Biovigilancia no han sido informados del nuevo texto y el proyecto se presenta en una fecha, el 20 de julio, que pareciera elegida para minimizar la intervención de la sociedad civil. Por otra parte, aunque sea positivo el hecho de que el Ministerio de Medio Ambiente intervenga en el proceso, las organizaciones califican de incomprensible que respalden tanto el texto como la forma de proceder del MAPA, ya que Medio Ambiente, durante los últimos meses, ha mantenido un diálogo fluido con las organizaciones.

Por todo ello, las organizaciones firmantes enviaron hoy sendas cartas a las titulares de ambos ministerios solicitando una entrevista para exponer los motivos de su rechazo a este nuevo Proyecto de Real Decreto y solicitar que se cumplan las promesas que realizó la propia Ministra de Agricultura hace pocos meses. Las organizaciones presentaron el 8 de marzo, las peticiones básicas sobre coexistencia en el documento ("Consideraciones básicas a incluir en las normas españolas de coexistencia entre cultivos genéticamente modificados, cultivos convencionales y ecológicos"). Ninguna de sus principales reivindicadiones ha sido tomada en cuenta. Algo que vuelve a poner en peligro un modelo de agricultura social y favorece una agricultura industrial sometida a las multinacionales en detrimento de los cultivos ecológicos y convencionales.

Algunas de las críticas específicas al texto son:

 *    omite la responsabilidad ante los daños en la agricultura convencional y ecológica provocados por la contaminación por transgénicos. Es necesario que se legisle sobre esta responsabilidad, aplicando el principio de "quien contamina, paga". El texto exime a las empresas que comercializan las semillas y el material vegetativo de variedades modificadas genéticamente de toda responsabilidad ante contaminaciones, cuando deben ser las principales responsables en materia de responsabilidad civil.

* plantea las medidas de coexistencia en términos de cumplimiento de los umbrales permitidos y no en términos de medidas que impidan la contaminación. Por tanto, no se podrá asegurar la contaminación "cero técnico", de vital importancia para la agricultura ecológica.

 * la tibieza de las medidas condena a los agricultores a no poder elegir el tipo de producción que deseen producir y a los consumidores a no tener la libertad de elegir el tipo de alimentos que desean consumir.

 *  no deja la posibilidad de declarar zonas libre de transgénicos de forma genérica.

* es especialmente grave que no se establezca ninguna medida específica para garantizar la tolerancia cero en contaminación de semillas.

* establece una distancia de seguridad de 50 metros para el cultivo del maíz, cuando se ha comprobado que el polen del maíz puede desplazarse a una distancia muy superior. Por tanto ignora las evidencias científicas en todo el mundo que demuestran que una distancia mínima de 50 metros entre cultivos de maíz no evita la contaminación. Los firmantes quieren recordar a las titulares de ambos ministerios que dichas contaminaciones por polinización cruzada, que ya han ocurrido en España, impiden, por ejemplo, la venta de los productos procedentes de la agricultura ecológica en los mercados de la Unión Europea.

 * con respecto a las normas específicas de coexistencia para el cultivo del maíz, quedan difusas tanto la obligación de los agricultores que cultiven variedades MG de comunicarlo como el cumplimiento de la distancia de seguridad, ya que sólo se hace referencia a las parcelas limítrofes y queda indefinido para parcelas que no sean colindantes pero que queden dentro de la distancia de seguridad establecida.

 * las medidas específicas para el cultivo del maíz son técnicamente poco realistas dada la indiosincracia del mundo rural y la inseguridad jurídica en la que se mueven los agricultores (por ejemplo, la posibilidad de programar la floración de diferentes variedades no es realista).

* no queda claro el régimen sancionador a aplicar por incumplimiento de la normativa sobre coexistencia, ya que la ley 9/2003 de 25 de abril no establece claramente la tipificación y graduación de la infracciones en coexistencia y el proyecto de Ley de semillas que actualmente está en tramitación parlamentaria sólo será aplicable a los incumplimientos de la normativa de coexistencia por los cultivos de producción de semillas (y no por el cultivo de grano).

El MAPA debe explicar quien será responsable de las pérdidas que provoque el Real Decreto, aspecto nuevamente omitido. Asimismo tendrá que explicar cómo se resolverá la pérdida de biodiversidad, la aparición de resistencias que provocan los transgénicos y el resto de daños causado por estos cultivos.

Los firmantes consideran contradictoria la postura de Medio Ambiemte, que en el último Consejo de Ministros de la Unión rechazó la propuesta de la Comisión de levantar las moratorias nacionales de algunos estados de la UE.

Por eso reiteran su preocupación por el hecho de que España sea el único Estado europeo donde se cultivan variedades retiradas por la Agencia de Seguridad Alimentaria Europea y prohibidas en otros países y que no se respete la segregación de cultivos, la trazabilidad y los registros públicos.

ORGANIZACIONES FIRMANTES: Alieco, Almocafre, Amigos de la Tierra, Asociación de agricultura Biodinámica de España, Asociación de consumidores de productos biológicos Ecogermen, Asociacion para el fomento de la agricultura y ganadería ecológicas de Málaga, ATTAC, Biocop, Dpto. Confederal de medio ambiente de CC.OO, CECU, Cerai, COAG, Colla Ecologista d'Almassora, ECEAT España (Centro Europeo de Eco Agro Turismo), Ecologistas en Acción, El Grelo Verde, Fundación Global Nature, Greenpeace, Intereco, ISTAS, La Calendula, La Tierrallana, Red Andaluza de Semillas "Cultivando Biodiversidad", Red de Semillas "Resembrando e Intercambiando", SEAE, Sindicato Labrego Galego, Vida Sana. 

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