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El G20 necesita construir el futuro, no consolidar el pasado

Greenpeace demanda a los líderes que actúen “en verde” para salvar la economía mundial y el planeta

Comunicado de prensa - abril 1, 2009
Los líderes del G20 tienen una oportunidad extraordinaria para solucionar al mismo tiempo las crisis económica y climática haciendo que sus economías se hagan más sostenibles.

Los líderes del G20 tienen una oportunidad extraordinaria para solucionar al mismo tiempo las crisis económica y climática haciendo que sus economías se hagan más sostenibles.

Las naciones ricas del G20 tienen que comprometerse a invertir, al menos, el 1% de su PIB en políticas "verdes", y los demás países del grupo deben hacer todo lo que puedan para evitar el modelo de desarrollo sucio basado en los combustibles fósiles y saltar a un futuro de energías renovables.

"Los líderes del G20 representan tres cuartas partes del PIB global; tres cuartas partes del consumo de energía y la misma proporción de las emisiones de CO2. Hasta ahora, parece que no se han dado cuenta de que la continuidad de su prosperidad no está en conflicto con preservar el medio ambiente, sino que depende de ello. A largo plazo, no nos enfrentamos a una elección entre empleos verdes o empleos sucios, sino entre empleos verdes o colapso ecológico y social. Hasta que el cambio climático no esté a en el encabezamiento del comunicado del G20 y en el centro de su pensamiento, el comportamiento de los gobiernos no es sólo científicamente analfabeto, sino económicamente analfabeto," ha declarado John Sauven, director ejecutivo de Greenpeace en el Reino Unido.

La ciencia muestra el cambio climático se está acelerando y hay un fuerte vínculo entre la supervivencia económica y climática del planeta. Una crisis a gran escala del clima eleva las posibilidades de sufrir migraciones masivas, hambrunas y extinciones generalizadas de especies, además,  haría permanente la pobreza en el mundo en vías de desarrollo y estrangulará el crecimiento en el ya desarrollado.

Las decisiones que tomen los líderes del G20 afectarán a los 172 países no representados en esta reunión, muchos de los cuales son los más pobres y vulnerables a la crisis económica y al cambio climático.

El costo probable de los impactos del cambio climático llega hasta un 20% de la producción mundial, más que la Gran Depresión y ambas Guerras mundiales juntas, además de las muertes humanas y las extinciones de especies, según Lord Nicholas Stern, que fuera economista principal del Banco Mundial (1).

Afrontar el cambio climático y canalizar las inversiones hacia tecnologías limpias costaría mucho menos, sólo un 1 ó 2% de PIB mundial, cifra apoyada por el Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas en su informe 'Un Nuevo Acuerdo Verde Mundial' (2).

Esta inversión se necesita urgentemente para estimular la economía mientras se reducen emisiones, lo que apoyará los esfuerzos de alcanzar un acuerdo mundial fuerte y efectivo   por el clima en Copenhague en diciembre ,un recordatorio crucial ya que la primera ronda de conversaciones sobre clima ha empezado en Bonn esta semana (3).

Greenpeace pide al G20:

  • A los miembros ricos del G20, incluyendo a EEUU y la UE, comprometer por lo menos el 1% de su PIB al hacer ecológicamente sostenibles sus economías y acabar con las subvenciones y otros estímulos económicos que contribuyen al cambio climático.
  • Al resto del G20, hacer todo lo que puedan para evitar el modelo de desarrollo sucio basado en los combustibles fósiles y saltar a un futuro de energía renovable.  
  • A todos los países del G20, asegurar que otras medidas de estímulo no anulen las acciones necesarias para asegurar un futuro verde y sostenible de energía.

Notas:

(1) Lord Nicholas Stern en 'The Stern Review: La economía del cambio climático', la revisión más amplia llevada a cabo sobre la materia. Ver http://www.hm-treasury.gov.uk/sternreview_index.htm

(2) Ver http://www.unep.org/greeneconomy/docs/GGND_Final%20Report.pdf

(3) Si se ha de evitar un cambio catastrófico del clima, los líderes en Copenhague deben acordar que los países desarrollados, como grupo, necesitan reducir sus emisiones en un 40% para 2020. Los países en desarrollo también deben tomar acciones ambiciosas. Las emisiones globales no sólo deben alcanzar un máximo para 2015, sino que necesitan reducirse hasta lo más cerca de cero como sea posible para mitad de siglo. Para hacer esto, junto con terminar con la deforestación y adaptarse a los impactos ya inevitables del cambio climático, los países en desarrollo necesitarán apoyo financiero del mundo desarrollado. Esta cifra necesita estar en el rango de 110 mil millones de euros al año.

Las conversaciones de la ONU en Bonn transcurren del 29 marzo al 9 de abril. Son las primeras de al menos tres sesiones cruciales de negociaciones que van a tener lugar a lo largo de este año. Las otras serán en junio (Bonn) y septiembre (Bangkok), pero se pueden planificar sesiones extra si los negociadores no hacen suficientes progresos.