En nuestro país se ha autoinculpado ante la embajada de Japón el director de Greenpeace, Juan López de Uralde, y el director de Greenpeace Mediterráneo, Uygar Ozesmi. Han acudido acompañados de una decena de activistas de la organización con monos naranjas, caretas con los rostros de los dos activistas y las manos esposadas, como símbolo de la persecución que están sufriendo en su país. Los activistas portaban pancartas en castellano y japonés con los lemas: Todos somos Junichi y Toru” y “Arrésteme a mí también”.
Aun grupo de activistas acompañan al director de Greenpeace España, Juan López de Uralde y al de Greenpeace Mediterráneo, Uygar Ozesmi, mientras se autoinculpan en la embajada de Japón en Madrid, en solidaridad con Junichi y Toru, los activistas procesados en Japón por destapar una red de contrabando de carne de ballena.
Los directores de las distintas delegaciones de Greenpeace en el
mundo, en representación de sus cerca de tres millones de socios,
han acudido a sus respectivas embajadas de Japón para solicitar el
fin la persecución política de dos activistas japoneses arrestados
por denunciar el contrabando de carne de ballena procedente del
programa japonés de caza "científica" de cetáceos en la
Antártida.
Coincidiendo con el 60 aniversario de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos (1), el director de Greenpeace España, Juan
López de Uralde, se ha sumado a la iniciativa y ha acudido hoy a la
embajada de Japón en Madrid para demandar el fin de la persecución
política que vienen sufriendo los dos activistas de Greenpeace que
fueron detenidos el pasado mes de junio por denunciar el fraude que
rodea a la caza de ballenas. Para ello se ha autoinculpado en
nombre de todos los socios de Greenpeace en España. Japón ha sido
duramente criticado por Naciones Unidas por restringir la libertad
de expresión (2).
En una carta al embajador, la organización internacional demanda
que el Gobierno japonés acabe con la caza anual de ballenas en la
Antártida. Como respuesta a la investigación llevada a cabo por
Greenpeace el pasado mes de mayo que destapó un escándalo de
contrabando de carne de ballena (3) dentro del programa de caza
"científica" de la flota ballenera japonesa, las autoridades
niponas respondieron con una persecución política, arrestando a
Junichi Sato y Toru Suzuki y llevando a cabo un registro en la
oficina de Greenpeace Japón en junio de 2008. Los dos arrestados
llevan 172 días en libertad bajo fianza (4). Se espera que el
juicio, en el que ambos se enfrentan a diez años de cárcel,
comience a principios del próximo año.
El director de Greenpeace España, Juan López de Uralde, se ha
autoinculpado mediante una carta en la que se declara culpable de
haber apoyado a los dos activistas contra la caza de ballenas. En
la misma línea, un grupo formado por los directores de las oficinas
de Japón, Alemania, Holanda, Australia, Suiza, Brasil, Estados
Unidos y los países nórdicos se autoinculparon ayer en Tokio frente
a la residencia del primer ministro japonés, Aso.
Actos similares han tenido lugar en las embajadas japonesas de
Brasil, Nueva Zelanda, Argentina, Francia, Noruega, Finlandia,
Suecia, Dinamarca, Holanda, Bélgica, México, Grecia, Canadá e
Italia, donde cientos de activistas se han declarado también
culpables.
"Queremos que el Gobierno de Japón sepa que si Junichi Sato y
Toru Suzuki van a ser juzgados por denunciar un caso de contrabando
de carne de ballena y por trabajar para acabar con la muerte de
cetáceos en la Antártida, nosotros deberíamos ser arrestados
también" ha declarado Juan López de Uralde, director de Greenpeace
España. "Debería estarse juzgando la caza de ballenas en la
Antártida y no a los activistas de Greenpeace".