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El cultivo de aceite de palma para alimentación y biodiesel aumenta las emisiones de gases invernadero

Flora, Kitkat y Pringles están implicadas en esta industria que libera más CO2 del que se evita utilizando biodiésel

Comunicado de prensa - noviembre 7, 2007
Greenpeace denuncia hoy, en el informe “Cocinando el Clima”(1) presentado en Londres y Singapur, cómo las compañías Unilever, Nestlé and Procter & Gamble están provocando la destrucción de los bosques de turberas de Indonesia para satisfacer la demanda creciente de aceite de palma para su uso en alimentación, cosmética y biocombustibles.

Carga de materias primas para bioenergía

Un mes antes que los gobiernos mundiales se reúnan en Bali (Indonesia) para negociar y decidir la siguiente fase del Protocolo de Kioto para combatir el cambio climático, esta investigación de Greenpeace revela que un grupo de marcas líderes mundiales son cómplices de la destrucción de los bosques de turberas, una fuente potencial de emisiones de gases de efecto invernadero.

Los turberas de Indonesia son una de las reservas más ricas de carbono en el mundo y su destrucción es una de las contribuciones más temerarias y evitables al calentamiento global.Las turberas ya emiten el 4% de las emisiones globales. Y es precisamente en la pequeña provincia indonesia de Riau, en la isla de Sumatra, donde se encuentra una superficie considerable de turberas y donde se localizan el 25% de las plantaciones del país de aceite de palma. Los planes de expansión de este árbol pretenden cubrir la mitad de la provincia de plantaciones de palma de aceite, incrementándolo en un 300%. Esto daría lugar a consecuencias devastadoras para las turberas de Riau, que almacenan 14.6 billones de toneladas de carbono (3) -equivalente a un año de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global.

Greenpeace lleva tres semanas documentando el alcance de la desaparición de la selva tropical en esta región, drenada y quemada para instalar plantaciones de palma aceitera. Volutnarios de la organización han montado un campamento de Defensa de los Bosques con los habitantes de la aldea de Kuala Cenaku. Además del trabajo científico, voluntarios y ciudadanos están construyendo diques sobre los canales que se emplean para desecar las turberas y convertirlas en plantaciones comerciales de palma aceitera, lo que supone una grave violación de las leyes indonesias.

El aceite de palma procedente de la destrucción de las turberas está entra en la cadena de suministro de marcas comerciales como Flora, Pringles y Kitkat. Greenpeace acusa en el informe a multinacionales como Unilever, Nestlé y Procter & Gamble de no querer darse por enterado de la destrucción que están sembrando para conseguir un aceite vegetal barato.

"Esta investigación muestra cómo un puñado de multinacionales son responsables de destruir y quemar turberas indonesas para alimentación, combustible o detergentes. Algunas de las marcas líderes en el mundo están literalmente "cocinando el clima", dice Emmy Hafild, Directora Ejecutiva de Greenpeace Sureste Asiático.

El informe también ilustra cómo las compañías están sacando provecho del cambio climático promocionando el uso del aceite de palma como biocombustible. Los Gobiernos de todo el mundo están estableciendo objetivos para la producción y uso de una alternativa al petróleo y diésel convencional. Sin embargo, reemplazando los bosques y las turberas por plantaciones de aceite de palma se libera más cantidad de dióxido de carbono a la atmósfera que el que el que se ahorra por quema de biocombustibles como sustituto  de diésel.

"Destrozar los bosques para obtener aceite de palma para biocombustibles es vandalismo climático" asegura Pat Venditti, responsable de la campaña Internacional de Bosques de Greenpeace. "Sin garantías para parar la producción de aceite de palma hasta nuestros tanques de combustible, los Gobiernos se dirigen hacia la destrucción de los bosques y el incremento de las emisiones de dióxido de carbón poniendo como excusa salvar el clima".

La deforestación es la causa de casi el 20 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Sólo la destrucción de turberas de Indonesia aporta el 4% de las emisiones globales. El informe conluye con que una moratoria urgente en la tala forestal y la degradación de las turberas es el camino más rápido y efectivo para cortar las emisiones de Indonesia.

Greenpeace quiere que la reunión de los gobiernos en Bali acuerde negociar un mecanismo financiado para proteger a los bosques primarios tropicales como un componente crítico de la siguiente fase del Protocolo de Kyoto. El resultado de las reducciones en emisiones proveniente de la deforestación debe ser adicional a los cortes de emisiones provenientes de la quema de combustibles fósiles.

Más información

1) El informe de Greenpeace, "Cocinando el Clima", está disponible online www.greenpeace.org/cookingtheclimate

y el resumen www.greenpeace.org/cookingtheclimate/summary

2) Las emisiones procedentes de la destrucción de las turberas de Indonesia representan el 4% de las emisiones globales de efecto invernadero- 1.3 billones de toneladas (Gt) de quema, 0.5Gt de la continua degradación. Fuente: Hooijer et al (2006): 29. Las emisiones globales de efecto invernadero en 2004 fueron 49Gt. Fuente: III Grupo de Trabajo del Panel Intergobernamental de Cambio Climático (2007).

3) Las turberas de Riau almacenan 14.6Gt de carbono. Fuente: Wahyunto et al (2003):34