Comunicado de prensa - febrero 16, 2007
El barco MV Esperanza de Greenpeace se ha ofrecido a ayudar al ballenero japonés Nisshin Maru y evitar un desastre medioambiental en aguas de la Antártida, donde se encuentra averiado, tras sufrir un incendio, con unas 1000 toneladas de carburante a bordo. Sin embargo, esta ayuda ha sido rechazada por el buque Nisshin Maru, a pesar del inminente riesgo de un vertido de combustible.
El MY Esperanza en la Antártida. El barco de Greenpeace en su camino para ofrecer ayuda al buque ballenero factoria japonés Nisshin Maru, después de que se declarara un incendio a bordo. Greenpeace se ha ofrecido a remolcarle fuera del Santuario Ballenero y del inalterado ambiente antártico.
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El barco Esperanza de Greenpeace en primer plano y al fondo el ballenero japonés Nisshin Maru.
A bordo del barco de Greenpeace en el océano Antártico,
Esperanza, dentro de la campaña en contra de la caza ilegal de
ballenas, Greenpeace se ha encontrado con una situación inesperada.
El barco al que el Esperanza estaba buscando, el Nisshin Maru,
buque ballenero factoría de Japón, lanzó una llamada de auxilio
después de que se declarara a bordo un incendio.
El Esperanza, actualmente a menos de un día de navegación del
dañado Nisshin Maru, ha ofrecido su ayuda a la tripulación de todas
las maneras posibles y hacer una valoración del impacto ambiental
si fuera necesario. Uno de los tripulantes del Nisshin Maru está
aún desaparecido y a bordo podría haber aproximadamente unas 1.000
toneladas de combustible. Además se encuentra a 100 millas naúticas
de la colonia de pingüinos de Adelie, una de las más grandes del
mundo.
La Agencia Pesquera de Japón ha denegado la ayuda de Greenpeace,
con el pretexto de que no acepta el auxilio de "terroristas". Sin
embargo, el Esperanza continúa su rumbo hacia el barco
accidentado.
"Nuestros primeros pensamientos están con el tripulante
desaparecido y con el resto de la gente a bordo. No es tiempo de
juegos políticos tras una mesa de oficina en Tokio",- ha
manifestado Karli Thomas, líder de la expedición a bordo del
Esperanza.- "Esto es una tragedia humana y un potencial desastre
medioambiental. Tenemos una obligación moral de actuar y hay una
obligación legal bajo el Tratado de la Antártida para que los
propietarios del Nisshin Maru acepten nuestra ayuda".
El Esperanza se ha ofrecido a remolcar al buque ballenero
factoría fuera del inalterado ambiente del Santuario Ballenero
Antártico. El capitán del Esperanza, Frank Kamp, tiene más de 10
años de experiencia en salvamento de buques antes de que formara
parte de Greenpeace. Otro buque podrá ser requerido para remolcar
al Nisshin Maru, de 8.000 toneladas, más allá de las aguas
antárticas y a través de la zona de tormentas "Roaring forties", si
bien se estará haciendo todo el esfuerzo posible para llevar al
Nisshin Maru remolcado toda la navegación hasta puerto.
"Al mismo tiempo que reconocemos la necesidad humana y ambiental
de ayudar al Nisshin Maru, no estamos de acuerdo en que este buque
vuelva a cazar ballenas la próxima temporada gracias a nuestra
ayuda", ha asegurado Sebastián Losada, responsable de la campaña de
Océanos de Greenpeace España. "Esta tragedia debería significar el
fin de este terrible negocio y el dinero del Gobierno no debería
destinarse a reparar un ballenero, sino a algo de lo que realmente
se pueda beneficiar la población japonesa", concluyó.