Ante el nuevo fallo en el Sistema de Agua de Servicios Esenciales de la central nuclear Vandellós-2 (fugas en las bombas de impulsión del agua de mar para la refrigeración), del cual se tuvo conocimiento ayer, Greenpeace se pregunta cómo es posible que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), después de tener 6 meses parada la central para revisar este sistema (tras el grave problema de corrosión que sufrió y que dio lugar al suceso del 25 de agosto de 2004), no se diera cuenta del mal estado de las soldaduras de esos componentes.
Acción de Greenpeace. Activistas de Greenpeace "cierran" la nuclear de Vendellós-2 para recordar a Zapatero su compromiso de abandonar la energía nuclear. En la imagen activistas dentro de la central de Vandellós-2.
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Greenpeace considera que el CSN debería hacer una seria
autocrítica sobre su pésima gestión en Vandellós-2 y reconocer que,
ante la degradación de diversos sistemas, entre ellos el de
Servicios Esenciales, esta central nuclear está funcionando sin
cumplir las condiciones de licenciamiento iniciales. Por ello, el
CSN debería ordenar la parada inmediata de Vandellós-2 hasta que,
como mínimo, se haga un análisis exahustivo y completo de todos y
cada uno de los sistemas de la central, al contrario de lo que se
ha hecho hasta ahora, aunque el CSN haya aparentado lo
contrario.
Es preciso recordar que el CSN, en su reunión del 17 de marzo de
2005 (ver comunicado de prensa del CSN, de esa fecha), impuso a la
central nuclear Vandellós-2 el cumplimiento de una serie de medidas
en relación con el Sistema de Agua de Servicios Esenciales y otra
serie de requerimientos adicionales, antes de autorizar su
rearranque. Entre ellos los relativos a Acciones adicionales y
modificaciones de diseño para garantizar la integridad estructural
y funcionalidad del Sistema de Agua de Servicios Esenciales.
Sin embargo, el pasado 12 de agosto, el Pleno del CSN acordó
informar favorablemente el arranque y la operación de la central
nuclear de Vandellos-2, a pesar de que el propio CSN reconoce, en
su informe técnico de esa misma fecha, que, dada su degradación,
resulta imposible "restablecer las condiciones de licencia
iniciales" de este Sistema.
En efecto, en dicho informe técnico el CSN reconoce que
Vandellós-2, tal y como Greenpeace había denunciado días atrás, no
había cumplido íntegramente el Plan de Actuación que el propio CSN
le había impuesto el pasado 12 de marzo de 2005 como condición
necesaria para dar su apreciación favorable a su puesta en
marcha.
Greenpeace considera que el CSN tomó esa decisión vulnerando sus
propios criterios, previamente establecidos, para autorizar el
arranque de esta central, y que lo hizo cediendo a la presión de
las compañías propietarias de Vandellós-2 (Iberdrola y Endesa).
Por todo ello Greenpeace ha presentado un recurso administrativo
contra el citado acuerdo del CSN de 12 de agosto de 2005, por el
que se autorizaba el arranque y operación de Vandellós-2. En este
recurso Greenpeace solicita la suspensión de la aplicación del
dicho acuerdo y que se ordene la parada de esta central
nuclear.
"El nuevo incidente en el Sistema de Agua de Servicios
Esenciales refuerza la validez de nuestro recurso", afirmó Carlos
Bravo, portavoz de Greenpeace en temas nucleares. "Vandellós-2 debe
parar inmediatamente puesto que está operando en condiciones de
explotación que no son plenamente concordantes con las condiciones
de licencia iniciales en las que se basó el Gobierno para emitir la
Orden Ministerial de 14 de julio de 2000 por la que se concedía la
autorización de explotación a la central".