Acción en protesta contra la guerra.
El pasado 4 de febrero de 2003, los activistas de Greenpeace
entraron en el Puerto Militar de Marchwoood en Southampton y
ocuparon varios tanques que estaban estacionados para ser
embarcados en el ferry Stena Shipper con destino a Irak. Los
activistas se encadenaron a los tanques para evitar que pudiesen
ser embarcados y transportados a su destino.
Greenpeace reafirma que su protesta contra la guerra de Irak es
legal. Por un lado, porque se trató de una protesta pacífica,
ejercitando su derecho a la libertad de expresión recogida en la
Declaración de Derechos Humanos. Por otro, porque Greenpeace actuó
motivada por la necesidad de prevenir una guerra ilegal e
injustificada y salvar vidas.
Además, el Gobierno británico no puede demostrar que los
preparativos que había emprendido por esas fechas para la invasión
de Irak (envío de equipos militares y tropa) fueran legales dado
que por entonces el Fiscal General del Reino Unido había emitido,
tal y como se ha podido conocer recientemente, un informe
estableciendo que la guerra de Irak sería ilegal. Posteriormente,
el Gobierno de Blair forzó al Fiscal General a cambiar su opinión.
Greenpeace ha reclamado durante este juicio que se diera a conocer
dicho informe, lo que le ha sido denegado.
Greenpeace considera que, a la luz de los acontecimientos, se ha
demostrado que la guerra de Irak fue un auténtico desastre, que ha
provocado gran cantidad de muerte y destrucción, que ha generado un
enorme caos en Irak y ha fomentado el aumento del terrorismo dentro
y fuera de Irak. Asimismo se ha evidenciado que Bush, Blair y
Aznar, máximos promotores de la invasión de Irak, mintieron
(existencia de armas de destrucción masiva en Irak), manipularon y
presionaron para que la guerra se llevara a cabo. Para Greenpeace,
son Bush, Blair y Aznar quienes deberían ser juzgados por crímenes
contra la Humanidad.
En España, el Ministerio Fiscal solicita 12 años de cárcel en
total para los 5 activistas de Greenpeace que el 14 de marzo de
2003, en el marco de las protestas masivas que se desarrollaron en
España y en todo el mundo contra de la guerra de Irak, participaron
a bordo del buque Rainbow Warrior en una protesta pacífica frente a
la base militar de Rota (Cádiz). El fiscal les imputa delitos de
desobediencia y resistencia grave y lesiones, que Greenpeace niega
rotundamente.
En aquellos momentos tenían lugar en la base de Rota intensos
preparativos de cara a la inminente invasión de Irak por parte de
Estados Unidos y Gran Bretaña. En concreto, el carguero militar
Cape Horn de la Armada estadounidense, atracado en el puerto de la
base, estaba entonces efectuando la carga de helicópteros, camiones
y tanques, entre otros materiales, para transportarlos al escenario
de las operaciones bélicas, que comenzaron justo unos días después,
el 20 de marzo de 2003.
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