Greenpeace denuncia, en la víspera del Día mundial de los Océanos, la gravísima situación que atraviesan los recursos pesqueros y llama la atención sobre la protección de los ecosistemas marinos profundos. Greenpeace demanda medidas urgentes para salvar la pesquería del atún rojo en el Mediterráneo, el cierre del caladero de anchoa en el Golfo de Vizcaya y una moratoria internacional sobre el arrastre de profundidad en alta mar
La resolución firmada en esta Asamblea establece claramente
que:
- la pesca de arrastre de profundidad sólo puede realizarse en
zonas donde se haya realizado una evaluación y ésta concluya que no
existen impactos adversos sobre los ecosistemas vulnerables de
profundidad; o
- donde las medidas adoptadas aseguren que no habrá tales
impactos. Además, deja claro que la sostenibilidad de los stocks de
especies de profundidad, de crecimiento y reproducción lenta, debe
ser protegida.
Greenpeace considera positivo que Naciones Unidas continúe
reconociendo la necesidad de protección de estos ecosistemas. Sin
embargo, hay que pasar a la acción y empezar a traducir las
palabras y buenas intenciones en acciones rápidas y efectivas para
detener la destrucción derrochadora e irreversible de la vida en
aguas internacionales.
"La única manera que tenemos de poder asegurar un cambio real en
el mar es que la comunidad internacional se mantenga firme contra
aquellos países que no están cumpliendo con los mandatos de
Naciones Unidas sobre pesca de profundidad. Estas prácticas deben
ser consideradas pesca ilegal, no declarada y no regulada y se les
debe poner fin", ha declarado Paloma Colmenarejo, responsable de la
campaña Océanos de Greenpeace.
En noviembre de 2006, los gobiernos adoptaron una serie de
medidas para proteger las profundidades marinas de la pesca
destructiva. Algunas de ellas son:
- la necesidad de evaluar previamente los impactos;
- la identificación de los ecosistemas marinos vulnerables y
medidas de protección de los mismos de la pesca destructiva; y
- el cierre de áreas donde estos ecosistemas vulnerables existan
o sea muy probable su existencia.
Esta serie de requisitos y de prohibiciones provisionales,
conocida como la Resolución 61/105 (1), ha tenido un desarrollo
muy lento y en algunas zonas no se ha llevado a cabo su
implementación (2).
Las profundidades marinas, consideradas en el pasado como zonas
marinas estériles y desprovistas de vida, son en realidad refugio
de miles de criaturas y muy ricas en biodiversidad. Muchas de ellas
están aún sin explorar, y la flota industrial de unos pocos
países, como España, está acabando con la vida marina a varios
kilómetros por debajo de la superficie.
Los supermercados tienen también una responsabilidad en esta
destrucción. Greenpeace demanda los grandes distribuidores en
España que retiren de sus estanterías especies pesqueras de
profundidad como: fletán negro, gallinetas, merluza negra, pez
sableado, rape y tiburones de profundidad (3).
"Prácticamente, estamos empezando a entender el papel que juegan
las profundidades marinas en la regulación de la salud de nuestros
océanos y del clima y, sin embargo, estamos siendo testigos de su
rápida destrucción", ha añadido Colmenarejo. "No hay tiempo que
perder: los gobiernos deben asumir su responsabilidad y actuar para
proteger este ecosistema único y salvar los últimos refugios de
vida salvaje del planeta".
NOTAS:
(1) Resolución 61/105 de la Asamblea General de Naciones Unidas.
(AGNU)
http://www.un.org/Depts/los/general_assembly/general_assembly_resolutions.htm
(2) http://www.savethehighseas.org/publicdocs/DSCC_report_12June09_web.pdf
(3) Océanos en peligro http://www.greenpeace.org/espana/reports/091027