Greenpeace han logrado instalar un contenedor de resistencia en la entrada principal de la central nuclear de Garoña (Burgos)
Con ella exigieron al Gobierno socialista el cumplimiento de su
compromiso de cierre de las centrales nucleares y el cierre
inmediato de la instalación. En la madrugada de aquel día, 60
activistas lograron instalar un contenedor de resistencia en la
entrada principal de la central.
La acción de protesta pacífica de Greenpeace se enmarcaba,
además, dentro de la campaña Yo soy antinuclear (www.yosoyantinuclear.org) y tenía como objetivo
recordar a la opinión pública el compromiso electoral del PSOE de
"sustituir de forma gradual la energía nuclear en España por
energías seguras, limpias, y menos costosas, cerrando las centrales
nucleares (…) potenciando el ahorro y la eficiencia energética y
las energías renovables, la generación distribuida y las redes de
transporte y distribución local".
Esta vista supone la reanudación del juicio contra los
activistas, que había sido suspendido el pasado 3 de febrero por
decisión del juez, que alegó que no se habían citado a algunos
testigos pertenecientes a los Cuerpos de Seguridad del Estado que
intervinieron en el operativo que puso fin a la protesta
pacífica.
Greenpeace recuerda que la central nuclear de Garoña sigue
siendo una instalación vieja, deteriorada y peligrosa, cuyo
funcionamiento pone en riesgo la salud pública y el medio ambiente,
y que debería cerrarse de forma inmediata.
En ese sentido, Greenpeace lamenta la decisión del presidente
del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, adoptada el pasado mes
de julio, de mantener en funcionamiento cuatro años más esta
central. Greenpeace considera que con esa decisión el Gobierno
socialista incumplió de forma clara su compromiso electoral,
"programático y de investidura" de abandonar la energía nuclear, y
dio un gran paso atrás en la consecución de un modelo energético
sostenible, basado al 100% en las energías renovables y en la
eficiencia energética.
"Es una irresponsabilidad mantener en funcionamiento una central
nuclear vieja y peligrosa como Garoña, cuando ésta es perfectamente
prescindible desde el punto de vista energético", ha declarado
Mario Rodríguez, director de campañas de Greenpeace.
De hecho, el Ejecutivo ha reconocido que el cierre de Garoña no
supondría ningún problema en el suministro de electricidad. Su
contribución energética es muy escasa (el 1,4% del total, en 2008)
y está sobradamente compensada por la aportación de las energías
renovables (éstas aportaron en 2007 un 23% del total de la
electricidad generada). España exportó en 2008 una cantidad de
electricidad equivalente a la producida por tres centrales
nucleares como la de Garoña.