Greenpeace han logrado instalar un contenedor de resistencia en la entrada principal de la central nuclear de Garoña (Burgos)
"Pedimos al Gobierno socialista y a su presidente que sean
coherentes con sus compromisos, que ordene sin más demora el cierre
inmediato y definitivo de la central nuclear de Garoña y no ceda a
las presiones del lobby nuclear y de Nuclenor, que sólo busca
satisfacer sus intereses económicos explotando una central nuclear
obsoleta y peligrosa (pero sobradamente amortizada), sin
importarles poner con ello en riesgo la salud de la población y el
medio ambiente y obstaculizar la implantación de un sistema
energético 100% renovable", han manifestado los responsables de
estas organizaciones en la rueda de prensa mantenida hoy en
Madrid.
El pasado 12 de mayo, durante el Debate del Estado de la Nación
en el Congreso de los Diputados, cuando fue preguntado en concreto
sobre si iba a ordenar el cierre de la central nuclear de Garoña al
vencimiento de su permiso de explotación, el presidente del
Gobierno respondió que esperaría a que el CSN emitiera su informe
antes de tomar una decisión sobre el cierre de Garoña pero que su
decisión sería coherente con sus convicciones y sus compromisos.
Ese momento ha llegado, tras la emisión el pasado viernes 5 de
junio de la propuesta de dictamen del CSN, que no es vinculante
para el Gobierno.
Como era de esperar y era un secreto a voces desde hace meses
entre el lobby nuclear, el CSN dado su carácter pronuclear ha
aceptado conceder la prórroga pedida por Nuclenor. A pesar de que
la central de Garoña ha incumplido varios de los requisitos que el
CSN previamente les había exigido para prorrogarle la licencia: la
substitución del cableado eléctrico y solventar los reiterados
problemas de la ventilación de emergencia de la contención. Además,
el CSN ha minimizado el grave estado de agrietamiento múltiple por
corrosión que afecta a elementos de la vasija del reactor y otros
elementos del circuito primario, con un nivel de afectación que no
tiene parangón con ninguna otra central del mismo tipo en Estados
Unidos u otros países.
Este hecho evidencia que la decisión del CSN sobre Garoña era
una decisión política (de apoyo a la industria nuclear) y no
técnica, ya que el CSN ha ignorado sus propias exigencias técnicas.
Las ONG critican la falta de rigor e independencia de este
organismo, que viene demostrando desde hace tiempo su claro sesgo a
favor de los intereses de la industria nuclear.
Actualmente se dan las condiciones para que el Gobierno que
preside Zapatero sea coherente y cumplan su compromiso electoral
sobre la energía nuclear y proceda al cierre definitivo de Garoña
el 5 de julio de 2009, cuando ésta finaliza su permiso de
explotación.
En primer lugar, sin la central nuclear de Garoña el suministro
eléctrico seguirá estando totalmente garantizado. Un dato que lo
demuestra es que en 2008 intercambios internacionales de
electricidad de España se saldaron con la exportación de una
cantidad equivalente a tres veces la producción eléctrica de
Garoña. Así lo han reconocido el Secretario de Medio Ambiente de la
Ejecutiva Federal del PSOE, Hugo Morán, y la Fundación Ideas (el
think-tank del PSOE) que ha recomendado al Gobierno que no se
renueve el permiso de explotación de Garoña, en el marco de un plan
de cierre progresivo de las centrales nucleares.
En efecto, la contribución energética de la central nuclear de
Garoña es escasa (el 1,2% del total, en 2007) y está sobradamente
compensada por la aportación de las energías renovables (éstas
aportaron en 2007 un 23% del total de la electricidad generada).
Simplemente el incremento de la producción de electricidad
renovable en 2007 con respecto al 2006 supuso casi el doble de la
aportación anual de Garoña.
Existe además un amplio consenso social a favor de su cierre.
Numerosas organizaciones sociales, ecologistas, sindicales,
vecinales y políticas reclaman desde hace años el cierre de Garoña,
petición hecha también desde instituciones como el Gobierno Vasco y
la Diputación Foral de Álava, entre otras.
Tampoco hay obstáculos económicos para su cierre, pues esta
central está ya más que amortizada desde hace años. Su cierre no
implicaría ninguna subida del precio de la luz, a pesar de las
mentiras e intoxicaciones sin fundamento que al respecto se han
lanzado desde el lobby nuclear.
Además su funcionamiento es peligroso. Conocida como la "central
de las mil y una grietas", su vida útil está ya más que agotada,
como demuestran los graves problemas de agrietamiento por corrosión
que afectan a diversos componentes de la vasija del reactor y del
resto del circuito primario. Es más, la central de Garoña ha
incumplido varios de los requisitos que el CSN previamente les
había exigido para prorrogarle la licencia: la substitución del
cableado eléctrico y solventar los reiterados problemas de la
ventilación de emergencia de la contención.
NOTAS
El PSOE tiene el compromiso de "sustituir de forma gradual la
energía nuclear en España por energías seguras, limpias, y menos
costosas, cerrando las centrales nucleares de forma ordenada en el
tiempo al final de su vida útil, dando prioridad a la garantía de
seguridad y con el máximo consenso social, potenciando el ahorro y
la eficiencia energética y las energías renovables, la generación
distribuida y las redes de transporte y distribución local".