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Greenpeace pide a las Comunidades Autónomas que rechacen regalar dinero para la compra de coches

La organización se opone al despilfarro de dinero público para subvencionar una de las mayores causas del cambio climático

Comunicado de prensa - mayo 14, 2009
Greenpeace pide a las Comunidades Autónomas que rechacen de pleno aumentar el gasto público en favor de una de las industrias que más se ha opuesto a hacerse cargo de su responsabilidad frente al cambio climático. Hoy se ha celebrado la reunión entre el Ministerio de Industria y las Comunidades Autónomas con el objetivo de recaudar el apoyo de las regiones a la nueva subvención directa propuesta por el presidente del Gobierno a la compra de turismos.

Imagen típica de las grandes ciudades

"Las ayuda directas a la compra de un turismo es completamente incompatible con la economía verde de la que tanto habla Zapatero. Es inaceptable que el Gobierno siga despilfarrando el dinero de las familias para alimentar una de las mayores fuentes de cambio climático" ha declarado Sara Pizzinato, responsable de la campaña Transporte de Greenpeace.

La organización ecologista recuerda que es un grave error, en el año de las negociaciones de Copenhague sobre el fututro del protocolo de Kioto, apostar por mantener la dependencia del transporte del coche particular, responsable de más del 12% de las emisiones de CO2 de España.

Para Greenpeace todavía tiene menos sentido que los criterios según los cuales se aplicaría el Plan 2000E no añaden nada nuevo a los del Plan VIVE, ya que se propone un límite de emisiones de CO2 del nuevo vehículo de 140 g/km. Esto representa una mejora muy insuficiente sobre la actual media de las emisiones de la flota de nueva adquisición en España (152 g CO2/km en 2007). Además, Greenpeace recuerda que, según las falsas promesas del sector automovilístico, en 2008 ya las emisiones medias de los vehículos comercializados en Europa debían ser de 140 gCO2/km con lo que se estaría subvencionando una vez más al sector automovilístico para cubrir el incumplimiento de sus propias promesas.

Por otra parte, según un estudio llevado a cabo por la Conferencia Europea de Ministros de Tranporte (ECMT) en 1999, los beneficios económicos a largo plazo de tales medidas son muy dudosos (1). A esto se añade que numerosos informes llaman la atención sobre las mejores prestaciones de las inversiones en transporte público sobre el empleo. A igualdad de recorrido de un viaje, el transporte público genera cerca del doble de puestos de trabajo que la movilidad privada (2).

España ya cuenta con 481 turismos por 1.000 habitantes con una de las cuotas más elevadas de la Unión Europea. Las ayudas directas a la compra de coches representan un incentivo para mantener la dependencia del vehículo privado. El uso indisciminado de este medio ha causado un grave aumento del impacto del transporte sobre el clima a pesar de que la eficiencia de los vehículos haya mejorado ligeramente.

Greenpeace apoya mejores sistemas y más justos para reducir las emisiones de CO2 de la flota española y reducir la importancia del automóvil en el transporte. La aplicación de una fiscalidad verde para los vehículos que internalice los costes ambientales favorecería automáticamente los medios más eficientes y menos contaminantes. Es el caso de lo que ha ocurrido con el impuesto de matriculación por tramos de emisiones. Greenpeace pide que también el impuesto de circulación tenga en cuenta las emisiones de CO2 del vehículo. De esta manera no serían todos los ciudadanos quienes deberían soportar el peso del coste de la reducción de las emisiones de CO2 de la flota sino los mismos consumidores y usuarios de coches.

La organización pide, además, que cualquier medida de ayuda que se aplique al sector del automóvil ponga un límite de emisiones que represente un incentivo a superar los objetivos obligatorios de la nueva directiva europea en materia de emisiones de CO2 de los turismos. Teniendo en cuenta que la tasa de renovación de la flota española ronda los siete años, Greenpeace pide que se ayuden sólo aquellos vehículos que cumplen 7 años antes con los objetivos de la Directiva Europea, es decir 110 gCO2/km.

"¿Por qué el Gobierno no se ha atrevido a presentar una opción más sostenible? Ayudar a todos aquellos ciudadanos que quieren deshacerse de su coche para pasar a medios menos contaminantes debería ser uno de los objetivos del Ejecutivo" ha declarado Pizzinato.

Greenpeace ha lanzado hoy una ciberacción dirigida al Ministro Sebastián y a los Presidentes de las CCAA para pedirles que estudien mejores sistemas de fiscalidad verde para reducir las emisiones de la flota española de turismos y que toda medida se aplique a los vehículos que no se superan el límite de 110 gCO2/km. La ciberacción se puede encontrar en http://www.ciberactuacongreenpeace.es/.

NOTAS:

(1): ECMT 1999: Cleaner Cars. Fleet Renewal and Scrappage Schemes. Guide to Good Practice.

(2): PTP, 2006; investigación del Instituto Nacional de Investigación sobre los Transportes y la Seguridad, INRETS; informe conjunto de dos del Instituto de Wuppertal para el Clima, el Medio Ambiente y la Energía e INFRAS de Zurich.