Documento - septiembre 4, 2014
El hielo del Ártico se está derritiendo. En 30 años, el cambio climático, resultado de la actividad humana, ha causado la eliminación de al menos el 75% del volumen de hielo marino de verano a una velocidad nunca antes registrada en la Historia de la Humanidad. Pronto el Ártico será como el resto de los océanos durante el año:
aguas abiertas que se exponen a la explotación y a la destrucción ambiental.
Los estados costeros (Canadá, Groenlandia, Noruega, Rusia y EE. UU.) están interesados en reclamar los valiosos recursos que encontraron más allá de sus fronteras nacionales y han presentado solicitudes para ampliar sus territorios sobre el lecho marino polar. Los gobiernos y las industrias ven las nuevas vías de acceso al Ártico como otra gran oportunidad económica para extraer aún más combustibles
fósiles y pesca. Esto pone en un riesgo mayor a esta región única y, por tanto, al resto del mundo.
La Humanidad ahora se enfrenta una decisión difícil. Se pueden explotar los recursos de uno de los océanos más preciados y frágiles del mundo o utilizarlo de una manera responsable, tanto para las generaciones futuras como para las comunidades originarias que viven y dependen de sus aguas.
Una parte de la solución es sencilla: crear un santuario en el Alto Ártico (regiones de alta mar en el entorno del Polo Norte).
Arctic Sanctuary D3 AW LORES