Este pasado fin de semana, cientos de personas se desnudaron ante sucursales de Adidas y Nike en 29 ciudades de todo el mundo (incluida Madrid) y establecieron el récord guinnes del mayor striptease de la historia. Siendo Greenpeace, no se trataba solo de quitarse ropa en público...

El acto formaba parte de una campaña internacional en la que se desafíaba a los gigantes de ropa deportiva para que eliminen todas las emisiones peligrosas de su cadena de suministro y de sus productos, y se les retaba a ser los “campeones” de un futuro sin tóxicos.

El trabajo de campaña se basaba en un riguroso informe, “Trapos sucios”, que analiza el problema de la contaminación tóxica del agua causada por el vertido de sustancias químicas peligrosas por parte de la industria textil en China. Esta contaminación supone amenazas graves e inmediatas tanto para nuestros ecosistemas como para la salud humana.

¿Que por qué Nike, Adidas o Puma? Porque las principales marcas de ropa adquieren muchos de sus productos de proveedores en China. Aunque algunas de estas empresas cuentan con programas de Responsabilidad Corporativa, ninguna de las marcas analizadas en el informe tiene una estrategia eficaz para acabar con el problema de la contaminación del agua por vertidos industriales con sustancias peligrosas. La mayoría de estos programas se limitan a garantizar que los proveedores cumplan con las normas locales –que raramente tienen en cuenta los vertidos de las sustancias químicas peligrosas y persistentes que se destacan en el informe.

China tiene uno de los peores niveles de contaminación del agua del mundo, dado que hasta el 70% de sus ríos, lagos y pantanos afectados por todo tipo de contaminantes. Nike, Adidas y Puma fueron examinadas en detalle para este informe debido en parte a que las tres marcas han sido reconocidas como líderes en temas de sostenibilidad. Como parte de esta investigación, se ha prestado especial atención a las políticas y prácticas relativas al vertido de sustancias peligrosas al agua por parte de sus cadenas de suministro. Nike, Adidas y Puma han establecido un listado de sustancias restringidas en el que se especifica qué sustancias no deben estar presentes por encima de ciertos límites en sus productos finales. Sin embargo, no hay pruebas de que ninguna de estas marcas aplique medidas específicas para restringir el vertido de la mayor parte de las sustancias peligrosas al agua a través de las aguas residuales de sus proveedores, más allá de lo exigido por las legislaciones locales.

Greenpeace considera que hasta ahora estas marcas no habían hecho un esfuerzo importante para abordar el problema.

Tras publicar el informe, Puma –la tercera mayor empresa de ropa deportiva del mundo— ya se ha comprometido públicamente a eliminar todos los vertidos de sustancias peligrosas durante todo el ciclo de vida de sus productos y en toda su cadena de suministro para el año 2020, con una hoja de ruta concreta.

Esperamos que otras se sumen a esta iniciativa.

Miren Gutiérrez, directora ejecutiva de Greenpeace España
(Publicado en Diario Vasco)

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