¿Conoces hasta qué punto son importantes las abejas y otros polinizadores en nuestra alimentación y en nuestra economía? Sin la polinización de las abejas y otros insectos no tendríamos más de una tercera parte de las frutas y verduras que consumimos y 9 de cada 10 plantas silvestres a nivel mundial.

La importancia de las abejas es clave para la producción de alimentos

El trabajo de los polinizadores es un servicio “gratuito” que está valorado en 265.000 millones de euros al año en todo el mundo y 22.000 en Europa. Un argumento más a añadir para exigir su protección: #SOSabejas.

¿Y qué pasa en España? ¿Cuánto dependen nuestros alimentos de las abejas? Eso es lo que hoy, desde Greenpeace hemos desvelado en el informe 'Alimentos bajo amenaza. Valor económico de la polinización y vulnerabilidad de la agricultura española ante el declive de las abejas y otros polinizadores'

A través de una herramienta elaborada por la FAO, se ha traducido en euros el valor de la polinización por insectos para los principales cultivos de nuestro consumo para todas las comunidades autónomas. Unos dependen más que otros de la polinización por insectos, de esta manera tenemos, por ejemplo, cultivos como los kiwis, calabacines, calabazas, melones, sandías que dependen en un 90 incluso 100% del trabajo de los insectos, y otros que dependen en menor medida.

El estudio ha sido abrumador, el 70% de los principales cultivos para consumo humano de la agricultura en España dependen de las abejas y otros polinizadores, en muchos cultivos son claves en el proceso de polinización. Y esto claro, se traduce en dinero: ¿En cuánto se traduce el trabajo de estos insectos? Según los cálculos realizados (con datos de 2011), la aportación de las abejas y de otros polinizadores a la agricultura española ha supuesto un beneficio de ¡más de 2.400 millones de euros!

Las abejas, por tanto, aportan un beneficio económico importantísimo a la agricultura. Sin ellas, la producción de manzanas o sandías podría desaparecer en algunas zonas y disminuir drásticamente en otras, convirtiéndose así en artículos de lujo con precios muy altos, lo que incremementaría el gasto de nuestra cesta de la compra para productos esenciales y nuestra dieta sería mucho más pobre.

Las abejas, por tanto, aportan un beneficio económico importantísimo a la agricultura.

Las abejas y otros insectos que polinizan son fundamentales para obtener alimentos y sin embargo, sus poblaciones están amenazadas y desprotegidas. En Europa se han reducido las poblaciones de abejas en un 20% (en algunos países ha llegado hasta el 53%), en el caso de especies de abejorros hay una reducción de 46% y hasta un 50% se han reducido las poblaciones de mariposas en los últimos 20 años.

Hay distintas causas por las que estos laboriosos insectos están desapareciendo. Desde Greenpeace trabajamos para frenar las causas a las que se puede hacer frente a corto plazo y que presentan un riesgo directo para estos insectos: el uso de plaguicidas tóxicos. De hecho, en España hay 319 plaguicidas que el propio Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente presenta y reconoce como “muy peligrosos”, “peligrosos” o incluso “alta peligrosidad” para las abejas en su Registro de Productos Fitosanitarios.

Ya se han conseguido prohibir cuatro de los siete plaguicidas prioritarios (imidacloprid, tiametoxam, clotianidina, fipronil, clorpirifos, cipermetrin y deltametrin), pero son prohibiciones parciales y temporales, es urgente que se concrete un calendario claro y que se apueste por la solución definitiva y a largo plazo: una agricultura ecológica respetuosa con el medio ambiente y con trabajadoras tan incansables como las abejas. ¿Sabías que una colonia de 25.000 abejas puede polinizar 250 millones de flores en uno solo día? ¡Increíble! ¿verdad? ¡Pues entonces, firma para salvar las abejas! 

¿Qué puedes hacer tú?

Firma para proteger a las abejas. O si ya has firmado, ¡comparte la petición para que cada vez más personas pidan a las autoridades que den un paso en la protección de estos insectos!

Mónica Parrilla (@MonicaParrill) agricultura y transgénicos de Greenpeace.