Ya os hablamos de este salmón el pasado 9 de julio en un post. Un salmón propio de una novela de Crichton, que podría ser el primer animal transgénico para consumo humano. AquaBounty Technologies es la empresa que ha desarrollado y quiere comercializar este salmón transgénico cuyos huevos contienen material genético de hormonas de crecimiento de un salmón del Pacífico así como genes “anticongelantes” de un pez de la familia de los zoárcidos,  lo que produce que se acelere la tasa de crecimiento, nada más y nada menos que al doble de lo normal.

Los huevos serían producidos en Canadá para ser criados en jaulas en Panamá y ocasionalmente en los Estados Unidos. La carne se consumiría, por el momento, en los EEUU. La mayor parte del salmón atlántico de piscifactoría se cría en aguas poco profundas o en jaulas en el mar, siendo frecuente que se escapen. Una cifra: entre 1991 y 1999, más de 280.000 peces se escaparon de las piscifactorías en la Columbia Británica. Y por supuesto esto trae importantes consecuencias ambientales. Ya se advierte en un estudio de la Universidad de Purdue (EE.UU.) que demostró cómo los peces transgénicos podrían conducir a la extinción de poblaciones silvestres en caso de fugas en aguas abiertas, ya que ciertos peces transgénicos tenían una ventaja de apareamiento con respecto a  las especies silvestres debido a su tamaño anormalmente grande.

Aun así, AquaBounty Technologies sigue intentando que sea aprobado su salmón transgénico. Y le está costando, porque esta aberración genera, obviamente, muchas dudas. La buena nueva, es que que la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), ha frenado la aprobación debido a la enorme presión que ha recibido por parte de la sociedad civil y pide ahora más datos para estudiar  a través de sus propios equipos los riesgos que implica. De momento, no estará en el plato de los ciudadanos.

Pero hay que estar alerta. Si se da luz verde al salmón transgénico se abrirá la puerta a nuevos peces transgénicos y a nuevos animales modificados genéticamente. ¿El siguiente? Podría ser el cerdo transgénico “Enviropig”, llamado así porque, según afirman,  emite una menor cantidad de contaminantes en su estiércol.

Muchas personas estamos en alerta, concretamente más de un millón en toda Europa que hemos firmado la ciberacción de Avaaz y de Greenpeace para que se establezca una moratoria sobre la introducción de cultivos transgénicos en la Unión Europea. De todos modos queremos conseguir el mayor número de firmas posibles para ser aún más fuertes antes una Comisión europea demasiado cercana a la industria, por lo que puedes firmar si no lo has hecho o circular el enlace entre tus contactos.

Mónica Parrilla, campaña de Transgénicos de Greenpeace

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