El ministro de Industria ordena hoy que se revoque el cierre de Garoña sin escuchar a nadie, ni atender a razones. Ni ha escuchado a Greenpeace, ni a las 12.000 personas que han apoyado nuestras alegaciones contra esta reapertura, ni a la Comisión Europea que le recuerda que “el déficit tarifario se ha visto favorecido por una compensación excesiva de algunas infraestructuras, tales como centrales nucleares, ya amortizadas”, ni a la Administración del Estado que está defendiendo en los tribunales la orden que el Ministro se acaba de cargar.

No escucha lo que pasa en Europa, hace dos semanas, comenzaron a considerar los resultados de "pruebas de resistencia" de las nucleares europeas, requeridas por lo que ocurrió en Fukushima. Los paralelismos entre los reactores europeos como el de Garoña y los de Fukushima son alarmantes. En un informe realizado por Greenpeace sobre estas pruebas se detallan las gravísimas deficiencias sobre la energía de respaldo (al igual que en Fukushima), que muchos reactores son incapaces de soportar terremoto o una inundación (al igual que en Fukushima), y que la protección contra la radiación es totalmente inadecuado en las piscinas de combustible gastado (al igual que en Fukushima). Los planes de evacuación en caso de un desastre nuclear no han sido ni considerados. ¿Kaffkiano? ¿Orwelliano?, no sabemos, pero desde luego peligroso.

No ve lo que ocurrió en Extremadura, hace quince días, un incendio que se producía en el sistema de alimentación eléctrica exterior de la central nuclear de Almaraz. Provocando la parada de la nuclear, además de causar un herido. Y, ¿que dicen las pruebas de esta central? Pues que Almaraz, que tiene dos reactores, tiene solo un generador diesel de refrigeración de aire adicional, para proporcionar funciones de refrigeración, entre otras cosas, en caso de una pérdida de suministro eléctrico sin recuperación.

No sabe que en Valencia, antes de ayer, el viento ayudó a que el terrible incendio que asola esta Comunidad no llegará a la nuclear de Cofrentes. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) nos contaba que, por problemas en la línea de suministro eléctrico, debidas al incendio, se arrancaban los generadores diésel. Esto es necesario para mantener la refrigeración del núcleo ya que sin ella el desastre nuclear está asegurado.

Cualquiera de nosotros ve los riesgos, pero el Ministro parece feliz de hacer la vista gorda para proteger los intereses del poderoso sector eléctrico, porque la reapertura de seis años Garoña supondrá unos ingresos para Iberdrola y Endesa de más de 1.100 millones de euros.

Raquel Montón (@raquelmonton) responsable de la campaña antinuclear de Greenpeace

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