Esta mañana me he despertado en el poblado Sawré Muybu. Y con el nuevo día comienza un tiempo de trabajo en común con los Mundurukú, la tribu indígena que habita la cuenca del río Tapajós. Pero antes de comenzar la jornada me detengo a escuchar el sonido del río y las hojas mecidas por el viento, mientras observo el tejado tradicional que nos protege hecho de hojas de palmeras. Pienso que estoy aquí para defender este territorio y proteger el corazón de la Amazonia. Y me siento feliz por poder hacerlo con mis amigos, los Mundurukú, que son los verdaderos guardianes de la selva.



Durante las últimas semanas he estado ayudando a los Mundurukú para preparar la llegada de los activistas, líderes indígenas y miembros de la comunidad que habitarán el poblado durante un mes para llamar la atención del mundo sobre las amenazas que penden sobre la Amazonia y sus pobladores. Hasta ahora, esta tribu indígena ha resistido valientemente durante años los planes del gobierno de Brasil para construir grandes presas en el río Tapajós, en especial el proyecto que más les afecta, la presa de São Luiz do Tapajós.

Hoy empezamos el proceso de demarcación del territorio Mundurukú, para llamar la atención a la sociedad brasileña y a la comunidad internacional sobre la grave amenaza  de este proyecto hidroeléctrico sobre nuestra forma de vida y sobre la selva amazónica.  El trabajo que van a realizar los indígenas ayudados por los activistas de Greenpeace consistirá en la demarcación (no oficial) de sus tierras tradicionales, colocando y georeferenciando carteles en todo el perímetro de su territorio. Estas señales serán similares a la señalización oficial que el gobierno brasileño debería utilizar si se decidiera a hacer lo que sus propias instituciones recomiendan: el reconocimiento de esta zona como territorio tradicional Mundurukú.



La demarcación es un paso más en el esfuerzo mundial para detener la construcción de la megapresa de São Luiz do Tapajós, que en caso de llegar a construirse inundará cerca de 400 km2 de selva tropical, incluyendo importantes lugares de importancia cultural y para el pueblo Mundurukú y otras poblaciones tradicionales que viven alrededor del río Tapajós.

En la actualidad, el proceso de aprobación del proyecto se ha suspendido debido a las reivindicaciones indígenas sobre su territorio, pero la Cuenca del río Tapajós no estará segura hasta que el proyecto sea desestimado definitivamente.



Así que hoy comenzaremos a recorrer el perímetro del territorio Mundurukú, a pié o en embarcaciones, para empezar a colocar los carteles como forma de reivindicar que salvar esta región es posible. Juntos, vamos a buscar el apoyo de todos los que creen en un mundo más justo, un mundo donde se respeten los derechos de los pueblos indígenas que habitan la Amazonia, un mundo donde los intereses económicos no tienen la última palabra.

Pero no podemos hacerlo solos. Te necesitamos para proteger el corazón de la Amazonia junto con los Mundurukú. Firma para pedir tú también la protección

Danicley de Aguiar es responsable de la campaña de Bosques de Greenpeace amazónica de Brasil.