Hemos empezado la semana con muy buenas noticias para los océanos. En la mañana del lunes, la Guardia Civil y agentes de la Interpol han efectuado registros en varias propiedades de la empresa Vidal Armadores en varias localidades de Galicia acusados de pesca ilegal en la Antártida y organización criminal entre otros, e incluso se han efectuado detenciones.   

La trama de pesca ilegal detrás de la red de Vidal Armadores no es nueva. De hecho, hace menos de un año, una operación de la Secretaría General de Pesca efectuaba también registros e incautación de documentos que resultaron en una multa de más de 17 millones de euros y penas de inhabilitación para el ejercicio de actividades pesqueras.  



Y desde luego, esta no es una historia nueva para Greenpeace. Durante años hemos investigado y expuesto las conexiones de Vidal Armadores con la pesca ilegal, e incluso presentamos una denuncia en la Audiencia Nacional en 2009.

Las investigaciones relacionadas con pesca ilegal no son nada sencillas. Para muestra el caso de pesca ilegal en la Antártida que centra la operación llevada a cabo estos días.

En enero de 2015 tres barcos con bandera de Guinea Ecuatorial -el Songhua, el Kunlun y el Yongding-, vinculados a Vidal Armadores, fueron avistados y perseguidos por la Armada de Nueva Zelanda, por pesca ilegal de merluza negra en aguas antárticas. El elegir este pescado no es casualidad. La merluza negra se conoce también como “oro blanco” por los elevadísimos precios que alcanza en el mercado.  Estos tres barcos aparecen desde hace años en la lista negra de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), el organismo que gestiona los recursos pesqueros de la Antártida.

El Songhua, entonces llamado Paloma V, fue arrestado por la pesca ilegal en 2008 y tenía un claro vínculo con Vidal Armadores. Desde entonces, el buque ha cambiado de nombre al menos de siete veces, y enarbolado seis banderas diferentes (en ninguna ocasión la española). Del mismo modo, el Yongding ha tenido al menos once nombres y ocho banderas desde 2004.

El Kunlun ha tenido al menos quince nombres y ocho banderas desde que fue incluído en la lista negra de CCRVMA en 2003. Tras el avistamiento en aguas antárticas fue detenido en marzo de 2015 en Phuket (Tailandia) bajo el nombre de Taishan. En septiembre de 2015 huyó de este puerto sin pagar la multa de 50.000€ por falsear su carga. Recientemente, en febrero de este año, ha sido detenido en Senegal ahora bajo el nombre de Asian Warrior y con bandera de Indonesia. El Songhua y el Yongding por su parte se encuentran ahora en Cabo Verde bajo bandera de Mauritania y con el nombre de Zemour I y Zemour II.

Este cambio de nombres y banderas es una práctica habitual entre quienes realizan la pesca ilegal, para evitar legislaciones más restrictivas y para hacer dificil seguir su rastro. Por ello la cooperación internacional es esencial.

La pesca ilegal, no declarada y no regulada es una de las principales amenazas para los océanos. Se estima que al año entre 11 y 26 millones de toneladas de pescado se pescan de forma ilegal, al menos el 15% de las capturas globales, y por un valor aproximado de 10.000 millones de euros.  

La operación de estos días es sin duda una gran noticia en esta lucha y que nos anima a seguir exponiendo y denunciando estos casos y a demandar a gobiernos y organismos que se tomen medidas contundentes para proteger el futuro de nuestros océanos de esta lacra.

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