No puede ser peor. Esta es la valoración de Greenpeace ante la reforma de la Ley de Costas. Ahora tapizada bajo un rimbombante título de “Ley de protección y uso sostenible del litoral”. Hemos tardado cuatro días en entender las entrañas de esta ley, que de forma sibilina persigue cómo solventar todos los negociados en los 8000 kilómetros de empresarios, industrias y ayuntamientos. Tras cuatro días y tres abogados detrás, la conclusión es la misma: esta ley es un claro retroceso en la protección del litoral y la garantía del disfrute del uso público de la costa. Es sólo un anteproyecto de Ley y te necesitamos. Necesitamos tu firma para parar esta barbaridad, firma aquí, en la Plataforma No a Nuestra Costa. Este anteproyecto no debe llegar al Parlamento en estos términos.

Hoy hemos simulado una playa privada frente al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. ¿Medio Ambiente? También junto a la playa privada hemos incluido dos signos de interrogación en estas palabras. A la vista de la flexibilización de la normativa ambiental en este país, es un cuestionamiento muy oportuno.

Porque la Ley significa en la práctica, privatizar un frente costero con un mensaje claro “todo ha valido en los años de burbuja inmobiliaria” y aquellos que especularon sobre terreno público lo podrán seguir haciendo en un futuro. A la amnistía fiscal se le suma ahora la amnistía urbanística.

 

En este anteproyecto de Ley se renuncia a la protección ambiental, no incorpora términos como biodiversidad o espacios naturales protegidos, sólo habla de terrenos, obras, instalaciones, usos y autorizaciones, y cede un terreno de alto valor ambiental y social a la especulación, otorgando suelo público a concesiones privadas que van más allá del año 2100. No existe ni una sola medida de protección del litoral.


Ante los recortes y la situación económica actual, es absurdo malgastar el dinero público en una reforma innecesaria que va a aumentar el coste del mantenimiento del litoral y va a hipotecar nuestro futuro. La costa es nuestra, la costa debe ser nuestra y no de unos pocos. El días 28 de julio además llamamos a la movilización social en las playas. Más info en: noanuestracosta.org

Por último, se ataca al pilar mismo de la defensa del dominio público marítimo terrestre, efecto claramente inconstitucional. Es el momento de pedir a todos los partidos políticos una acción de coherencia y es el momento de pedirles que en nombre de todos y de todas defiendan nuestro litoral.

Pilar Marcos (@PilarMarcos), responsable de la campaña de Costas de Greenpeace
Fotografías: @PedroArmestre

- Comunicado de prensa:
Greenpeace instala “una playa privada” en el Ministerio de Medio Ambiente

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