Un nuevo riesgo asoma sobre el frágil equilibrio de uno de los ecosistemas más amenazado del planeta: La empresa noruega TGS-NOPEC tiene previsto iniciar en verano 2016 una campaña de sondeos sísmicos en aguas del Nordeste de Groenlandia. Esta nueva búsqueda de hidrocarburos supone la exploración del fondo marino mediante explosiones acústicas para situar las bolsas de gas y petróleo que facilite su posterior extracción.

A pesar del acuerdo alcanzado en la pasada Cumbre del Clima de París para poner freno al cambio climático por casi 200 países, parece que los intereses de las empresas privadas siguen predominando sobre los compromisos alcanzados para limitar las emisiones contaminantes. La transición hacia una economía limpia implica apostar decididamente por un modelo energético basado en energías renovables y este tipo de proyectos no es un ejemplo en la dirección propuesta.  

El programa de pruebas sísmicas de TGS-NOPEC pone en peligro el modo de vida de  las comunidades indígenas que subsisten fundamentalmente gracias al océano. Las explosiones acústicas para sondear los fondos llegan a superar los 259 decibelios, magnitud suficiente para desorientar, varar o provocar problemas físicos a las ballenas y a otros mamíferos, aparte de asustar a cualquier especie marina. 259 decibelios que ahogarán la comunicación de algunos de los seres más inteligentes del planeta.

Si el año pasado celebrábamos la retirada de Shell  y de Statoil del Ártico norteamericano y también el cierre a la explotación petrolífera en Alaska, por lo menos hasta 2018. Ahora las compañías petrolíferas has puesto sus ojos avariciosos en Groenlandia y en su riqueza submarina.

2016 ha de ser el año del cambio y el Ártico el símbolo de que otra manera de hacer las cosas es posible. Su explotación es incompatible con los esfuerzos para limitar el calentamiento global. Siete millones de personas en todo el mundo reclamamos un Santuario en el Ártico que salvaguarde su riqueza medioambiental y evite un posible vertido en esta área tan delicada debido a la extracción de hidrocarburos. 2016 también ha de significar el fin de las prospecciones sísmicas más allá del círculo polar ártico. Entre todos podemos acallar esos cañones que disparan sonidos cada 10 segundos. ¿Nos acompañas?

¿Qué puedes hacer tú?

- ¡Únete a nuestra petición! Firma y súmate a más de 7 millones de personas que han pedido que se cree un Santuario para proteger el Ártico.

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